Convertirse en escéptico del escepticismo moderno

Por Brian Chilton

Cierto escepticismo está justificado. Nadie quiere vivir en el paradigma de la ingenuidad. Nadie quiere aceptar ciegamente todas las tonterías que surgen. Un vistazo rápido a las redes sociales, junto con el reconocimiento de los retoques y giros que la inteligencia artificial puede aportar a los vídeos y archivos de audio, hace intensificar nuestra necesidad de discernimiento.

Aun así, como creyentes, debemos diferenciar entre el discernimiento y el completo escepticismo. El discernimiento evalúa los datos para ver si la información es válida y digna de confianza. En cambio, el escepticismo pone en duda o niega las afirmaciones que parecen grandiosas o que van más allá del estado actual. Más aún, el escepticismo puede negar afirmaciones proposicionales. Si no se le pone freno, el escepticismo puede llevar a la duda, que a su vez puede llevar a la negación de proposiciones (es decir, afirmaciones de verdad). En el peor de los casos, el escepticismo desenfrenado puede conducir al cinismo.

Me ha preocupado la forma extrema de escepticismo que ha entrado en el mundo apologético y teológico, especialmente dentro de lo que se ha considerado cristianismo evangélico conservador. Cuando entré por primera vez en el mundo apologético en 2007 y formalmente en 2012, apologistas y teólogos conservadores por igual estaban bastante fijos en ciertas cuestiones relativas a los milagros, la fidelidad bíblica y el creacionismo. Sin embargo, los pilares del mundo apologético parecen estar desmoronándose, adoptando en su lugar formas extremas de escepticismo que niegan afirmaciones verdaderas de verdad bíblica.

Al mismo tiempo, el cristianismo moderno ha adoptado una cultura de celebridades. Así que estos iconos de la actualidad a menudo no son cuestionados por sus seguidores. Sin embargo, haríamos bien en recordar que la verdad es la verdad y el error es el error, independientemente de quién lo diga. Con esto en mente, consideremos tres vías en las que deberíamos ser escépticos ante el escepticismo moderno.

David Hume fue un escéptico inglés del siglo XVI. Hume sostenía que los milagros no podían probarse como hechos históricos. Aunque una explicación completa de su punto de vista queda fuera del alcance de este artículo, Hume definió un milagro como «una transgresión de una ley de la naturaleza por una voluntad particular de la Deidad, o por la interposición de algún agente  invisible»2 Parte del problema en el análisis de Hume es que una Deidad y/o un agente invisible pueden actuar a través de las leyes de la naturaleza para conseguir ciertos fines. Gary Habermas ofrece una definición mejor, afirmando que las intervenciones milagrosas deben entenderse como «la manifestación o presencia de acciones divinas que temporal o momentáneamente anulan o sustituyen el patrón de acontecimientos normalmente observado y legal de la naturaleza, o que parecen hacerlo».3

Un problema mayor con la evaluación de Hume es que su argumento es en gran medida circular. Hume no cree que se puedan demostrar los milagros porque no cree que ocurran milagros. Y, como una profecía autocumplida, si no cree que los milagros ocurren, entonces negará cualquier afirmación que pretenda ser milagrosa.

Aunque casi todos los cristianos creyentes en la Biblia aceptan que Dios hace milagros, el nivel de escrutinio que han recibido algunos acontecimientos bíblicos por parte de los eruditos creyentes en la Biblia es un tanto sospechoso. Para los eruditos modernos, la idea de una serpiente parlante parece absurda, a pesar de que la Biblia está plagada de numerosos sucesos milagrosos. Además, para algunos, la idea de que Dios pudiera resucitar a numerosos santos de entre los muertos en la época de la crucifixión de Cristo parece más allá de la creencia racional, mientras que los mismos eruditos defienden la propia resurrección de Jesús y la resurrección de otros de entre los muertos. Entonces, ¿por qué algunas historias parecen absurdas y otras no?

A fin de cuentas, debemos preguntarnos si realmente creemos que Dios puede hacer cualquier cosa dentro de sus limitaciones morales. Claro, incluso la Biblia dice que Dios no puede pecar debido a Su santidad moral, y Dios no puede hacer algo que vaya en contra del carácter de Dios (por ejemplo, Tito 1:2). Pero, ¿creemos que Dios puede dividir el Mar Rojo? ¿Realmente creemos que Dios puede resucitar a los muertos? Si es así, ¿por qué ponemos limitaciones a lo que Dios puede hacer?   

Rudolf Bultmann fue un teólogo alemán del siglo XIX (19) muy escéptico respecto a los textos bíblicos. Bultmann promovió la desmitologización de la Biblia. Es decir, Bultmann creía que la Biblia debía ser despojada de todos sus elementos mitológicos para hacerla más aceptable para las mentes científicas modernas. Como tal, Bultmann mantenía una mentalidad informal incontrolada cuando se trataba de las tradiciones orales que sustentaban la vida de Jesús. El modelo informal incontrolado significa que, según Bultmann, nadie se preocupó por preservar información precisa sobre Jesús, y nadie fue seleccionado para autentificar el material. Así, los Evangelios no nos dicen casi nada sobre el Jesús histórico y más sobre la creencia de la Iglesia acerca de Jesús. Por lo tanto, nadie puede saber nada sobre la vida de Jesús.

En mi trabajo de tesis, no sólo descubrí que la teoría de Bultmann sobre las tradiciones orales era errónea, sino que los textos de los Evangelios también indican que había algo más controlado en lo que refiere a la conservación de las tradiciones de Jesús.5  Como tal, los datos sugieren que los Evangelios se basan en testimonios de testigos presenciales. Tenemos buenas razones para creer que Jesús resucitó de entre los muertos, así como otros acontecimientos de las Escrituras.6 Si los datos sugieren que tenemos razones para creer en la fidelidad de las Escrituras y de los relatos que contiene, entonces ¿por qué nos parece necesario poner en duda la autenticidad de las tradiciones de Jesús?

¿Por qué es un pecado armonizar los Evangelios como sugiere Michael Licona si los Evangelios contienen realmente testimonios de testigos presenciales? Me parece que los intentos de difuminar los elementos místicos y milagrosos de las Escrituras están volviendo a caer en el escepticismo injustificado de Bultmann y su deseo de desmitificar las páginas de la Biblia. Pero la pregunta más importante es: ¿qué nos queda si eliminamos el poder divino de Dios de los testimonios de la Escritura? Lo abordaremos en la conclusión.

Por último, parece que la evolución teísta se ha convertido en la moda del momento. Desde que William Lane Craig publicó su libro In Quest of the Historical Adam (En busca del Adán histórico), he observado a muchos jóvenes apologistas y aspirantes a eruditos alinearse con el respaldo a la evolución teísta, a pesar de que la teoría evolutiva sigue teniendo los mismos defectos metodológicos de siempre.

¿Qué ha pasado con el respaldo de los apologistas al trabajo de Stephen Meyer y el Discovery Institute? A lo largo de los años, Meyer ha dado amplias razones para cuestionar el darwinismo. Su libro Darwin’s Doubt (La duda de Darwin) es un ejemplo de ello. ¿Debemos ahora dejar a un lado la duda de Darwin sólo porque ahora es popular seguir la idea de que gran parte de Génesis 1-11 es mitológico? ¿Rechazamos abiertamente los conceptos creacionistas clásicos de científicos como Hugh Ross, el personal de Reasons to Believe y Answers in Genesis  sólo porque un filósofo reconocido dice lo contrario?,

Por supuesto, no estoy tratando de arremeter contra Craig, Licona, o cualquiera de sus seguidores. He sido bendecido por muchos de sus trabajos en el pasado y tengo muchos amigos que siguen los conceptos presentados por los dos hombres. Y cabe señalar que muchos otros eruditos podrían incluirse en las tres categorías mencionadas. Pero me inquieta la siguiente pregunta: ¿En qué momento debemos volvernos escépticos de nuestro propio escepticismo?

Cuando tuve el placer de editar el libro Why Creationism Still Matters (Por qué el creacionismo sigue siendo importante) con mis buenos amigos y colegas el Dr. T. J. Gentry y la Dra. Michelle Johnson, me sorprendió la solidez de los argumentos a favor del creacionismo. Y me preocupó aún más por qué otros sienten la necesidad de rechazar esa defensa cuando, de hecho, numerosos científicos cuestionan también la teoría evolutiva.7

Además, consideremos que hemos pasado miles de años intentando comprender lo que Dios sólo tardó segundos en crear. Dios habló, y el universo llegó a existir con todas sus leyes, física y valores numéricos. Por tanto, si Dios es Dios, y la Biblia es la Palabra de Dios, ¿no nos correspondería creer lo que Dios dijo?

Como apologista, creo con toda seguridad que la resurrección y los acontecimientos de la Biblia se sostienen por sus propios méritos. Por lo tanto, no soy fideísta. Sin embargo, ¿hemos encontrado a Dios y conocido el poder que tiene? Si es así, ¿en qué momento deberíamos empezar a preguntarnos si nuestro escepticismo latente refleja más nuestra propia duda que las pruebas del texto?

Así que, para resumir, ¿por qué deberíamos volvernos escépticos de nuestro escepticismo? Cuando nuestro escepticismo comienza a ofrecer más razones para no creer en el poder de Dios y en Su revelación, es cuando nuestro escepticismo expone la duda latente más que nuestra fe. Debemos entonces preguntarnos si realmente creemos en lo que estamos llevando a otros a creer. Si no creemos, ¿para qué animamos a los demás a creer? Pero si creemos, ¿de qué nos sirve rebajar continuamente lo que Dios nos ha dado en Su Palabra? Y si creemos, entonces en algún momento, debemos ser escépticos de por qué somos tan escépticos.

Además, también debemos preguntarnos si nuestro escepticismo ha causado una ingenuidad aún mayor, en la que seguimos ciegamente lo que digan nuestros filósofos o eruditos favoritos sin considerar la validez de sus afirmaciones. En cierto sentido, nuestro escepticismo desenfrenado podría conducir a una mayor credulidad. Sólo algunas cosas a considerar de un compañero discípulo mientras viajamos juntos por esta vida.

  1. Humeano se refiere a las enseñanzas de David Hume. ↩︎
  2. David Hume, An Enquiry Concerning Human Understanding, in the Essential Works of David Hume, Ralph Cohen, ed (New York: Bantham, 1965), 1:129n3. ↩︎
  3. Gary Habermas, On the Resurrection: Evidences, vol. 1 (Brentwood, TN: B&H Academic, 2024), 242. ↩︎
  4. Bultmanniano se refiere a las enseñanzas de Rudolph Bultmann. ↩︎
  5. Brian G. Chilton, “Semitic Residue: Semitic Traits that Indicate Early Source Material Behind the Gospel of Matthew” (2022), Doctoral Dissertations and Projects, 3874, https://digitalcommons.liberty.edu/doctoral/3874↩︎
  6. Véase mi contribución para una amplia defensa de la resurrección en el próximo libro Thomas J. Gentry, ed., Strong Faith (West Frankfort, IL: IHP Practica, 2024). ↩︎
  7. Por ejemplo, lea “Scientists Dissent from Darwinian Theory,” Discovery.org (Feb. 12, 2019), https://www.discovery.org/v/darwin-dissenters-speak/. Considere también los problemas matemáticos relacionados con el darwinismo, David Berlinski, Stephen C. Meyer, David H. Gelernter, “Mathematical Challenges to Darwin’s Theory of Evolution, With David Berlinksi, Stephen C. Meyer, and David Gelernter,” Interview, Hoover Institution, Hoover.org (July 22, 2019), https://www.hoover.org/research/mathematical-challenges-darwins-theory-evolution-david-berlinski-stephen-meyer-and-david↩︎

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek recursos


Brian G. Chilton obtuvo su doctorado en Teología y Apologética en la Liberty University (con alta distinción). Es el presentador de The Bellator Christi Podcast y el fundador de Bellator Christi. Brian recibió su Maestría en Divinidad en Teología de la Universidad Liberty (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); obtuvo un Certificado en Apologética Cristiana de la Universidad de Biola, y planea realizar estudios filosóficos en un futuro próximo. También está matriculado en Educación Pastoral Clínica para aprender mejor cómo capacitar a los que le rodean. Brian es miembro de la Sociedad Teológica Evangélica y de la Sociedad Filosófica Evangélica. Brian ha servido en el ministerio durante más de 20 años y actualmente sirve como capellán clínico de hospicio, así como pastor.

Traducido por Yatniel Vega

Editado por Wendy Rodas

Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3UoJuvv 

 

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