Por J. Steve Lee
Hace varios años, mi hijo mayor, que entonces estaba en quinto grado, se estaba cepillando los dientes y preparándose para irse a la cama. Salió al pasillo, se sacó el cepillo de dientes de la boca, tiró la pasta de dientes contra la pared y preguntó: «¡Papá, papá! ¿Qué pasa con aquellas personas que nunca han oído hablar de Jesús? ¿Van al infierno?».

En primer lugar, ¿qué niño de quinto curso piensa en esas cosas mientras se lava los dientes? (aparentemente el mío). En segundo lugar, esta ha sido una de las cuestiones más difíciles que, en mi opinión, cualquier cristiano reflexivo puede plantearse.
La cuestión es que nos parece injusto que Dios no ofrezca la salvación a alguien solo porque no ha tenido la oportunidad (por razones históricas o geográficas) de escuchar el evangelio, cuando es seguro que algunos de ellos lo habrían aceptado si lo hubieran escuchado.
Para ayudar a reflexionar adecuadamente sobre este tema, considera el siguiente gráfico. El desafío es: «es injusto que Dios condene a aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de escuchar el Evangelio».
Según el gráfico, hay cuatro tipos de personas en relación con el hecho de escuchar o no escuchar el evangelio, cruzado con las personas que aceptan o rechazan libremente el evangelio.
El cuadrante superior izquierdo son personas que escuchan el evangelio y lo aceptan libremente, el inferior izquierdo son personas que escuchan el evangelio y lo rechazan libremente, y el inferior derecho son personas que no escuchan el evangelio, pero si lo hicieran, lo rechazarían libremente. Sostengo que estas tres categorías de personas son creadas. Cuando digo creadas, no me refiero a que se las obliga a aceptarlo o rechazarlo, sino a que se las trae a la existencia con libre albedrío y es su propia elección libre aceptar o rechazar el evangelio.
La categoría de la parte inferior derecha merece una explicación. Estas personas, que no escuchan el evangelio, lo habrían rechazado libremente, pero nunca lo escucharán. Dios no tiene ninguna obligación de hacer llegar el evangelio a estas personas porque, por su propia voluntad, lo rechazarían. Es entonces que la acusación de injusticia se refiere a la cuarta categoría, la de la parte superior derecha.
La categoría superior derecha es donde reside el problema. Estas personas nunca escuchan el evangelio, ya sea por accidentes históricos o geográficos. Por ejemplo, los habitantes de América del Norte del siglo II no tuvieron oportunidad de escuchar el evangelio debido a su ubicación y época. No hay forma de que el evangelio les hubiera sido transmitido por evangelistas o misioneros descendientes de los discípulos. Estas personas parecen tener muy mala suerte.
Pero es posible que, dada la infinita sabiduría, conocimiento y poder de Dios, Él no permita que se creen personas así. Ahora bien, si ese es el caso, lo cual parece posible (es decir, no hay ninguna razón lógica para pensar que sea imposible), entonces no hay personas que hubieran aceptado libremente el evangelio, pero que nunca tuvieron la oportunidad de escucharlo. Esto garantizaría que cualquiera que aceptara libremente el evangelio, Dios, siendo omnisciente y omnipotente, lo crearía en el momento y lugar adecuados para asegurarse de que escuchara el evangelio y lo aceptara libremente. Esto absuelve a Dios de cualquier culpa, ya que no hay personas que hubieran aceptado libremente el evangelio pero no tuvieron la oportunidad de escucharlo.
Es solo un modelo, puede que sea así cómo funciona la realidad o puede que no, pero la cuestión es que, si se puede desarrollar un modelo funcional para absolver a Dios, entonces El, en su infinita sabiduría, conocimiento y poder, debería ser capaz de ocuparse de la realidad. Y parece que hay cierto respaldo bíblico para este modelo en Hechos 17:24-27:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”.

Así que, cuando mi hijo me preguntó hace varios años: «¿Qué pasa con aquellas personas que nunca han oído hablar de Jesús? ¿Van al infierno?», pude responderle con sinceridad y confianza: «Hijo, si aceptaran libremente el evangelio, Dios lo sabría y se aseguraría de que les fuera predicado». Él quedó satisfecho con esa respuesta y se fue a la cama. Espero que esta respuesta también te satisfaga a ti.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek recursos
J. Steve Lee ha enseñado Apologética durante más de dos décadas y media en la Academia Cristiana de Prestonwood. También ha enseñado Religiones del Mundo y Filosofía en el Mountain View College de Dallas y en el Collin College de Plano. Licenciado en Historia y Educación por la Universidad del Norte de Texas, Steve continuó sus estudios formales en el Southwestern Baptist Theological Seminary con una maestría en Filosofía de la Religión y ha cursado estudios de doctorado en la Universidad de Texas en Dallas y está terminando su disertación en el South African Theological Seminary. Ha publicado varios artículos para la Apologética Study Bible for Students, así como artículos y reseñas de libros en varias publicaciones periódicas, entre ellas Philosophia Christi, Hope’s Reason: A Journal of Apologetics y Areopagus Journal. Steve, que tiene un gran amor por la ficción fantástica, ha contribuido con capítulos a dos libros sobre crítica literaria de Harry Potter: Harry Potter for Nerds y Teaching with Harry Potter. Incluso apareció como invitado en el podcast MuggleNet Academia (“Lección 23: De ida y vuelta: quiasmo, alquimia y composición de anillos en Harry Potter”). Está casado con su encantadora esposa, Angela, y tiene dos hijos adultos, Ethan y Josh.
Traducido por Yatniel Vega
Editado por Mónica Pirateque
Fuente Original del Blog: https://bit.ly/431MeTL