¿Tengo que asistir a la iglesia para ser cristiano?

Por Jennifer DeFrates

¿Tengo que asistir a la iglesia para ser cristiano? Finalmente el fin de semana ha llegado, y en lugar de descansar, me dedico a terminar mi lista de pendientes para finalizar el sábado con un sentimiento de satisfacción y cansancio. Pero mientras programo mi alarma para despertarme por la mañana, en ocasiones, estoy tentada a no despertarme y empezar el día radiante. ¿Acaso no puedo darle la gloria a Dios, gloria desde casa?

¿Es adorar desde casa una opción legítima? ¿Sigo siendo cristiana si no voy a la iglesia? Asistir a la iglesia no es requisito para ser salvo. Cuando agregamos condiciones que Jesús no puso para obtener la salvación o para ser cristiano, estamos añadiendo carga y pesares al yugo ligero del que habló Jesús.

“Asistir a la iglesia no te hace cristiano de la misma manera que estar en la cochera no te convierte en un automóvil.” — Bill Sunday.

Somos cristianos porque creemos en el mensaje del evangelio y confiamos en Jesús para ser salvos, y no porque nos presentemos en la iglesia.

[…] que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.

Romanos 10:9-10 (NBLA)

La salvación es un regalo de parte de Dios que de ninguna manera podemos ganar. ¡Gracias a Dios! No puedo imaginarme ser lo suficientemente bueno en una sola hora como para merecer la santa justicia de Dios.

Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios.

Efesios 2:8 (NBLA)

Pero eso no significa que puedas dormir hasta tarde la mayoría de los domingos y no ir a la iglesia. Y esto es porque ser salvo es más que decir una plegaria mágica. Arrepentirnos de nuestros pecados y rendir nuestra vida a Cristo no es algo que solo se haga una vez. Todos debemos cargar diariamente nuestra cruz.

Como cristianos, somos obras vivas de santificación. Nuestras vidas y obras en esta tierra reflejan a Cristo ante aquellos que aún no lo han escuchado ni creído. Lo que hacemos en verdad importa.

Pero alguien dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Santiago 2:18 (NBLA)

Sin embargo, nuestra idea moderna de iglesia les parecería muy extraña a los apóstoles. La Biblia no nos ordena el congregarnos en un determinado edificio durante una hora cada semana, para luego quejarnos del aire acondicionado o de los momentos de alabanza, y finalmente irnos a casa.

La Iglesia apostólica era un grupo de creyentes que compartían el día a día. Vivían y trabajaban en comunidad. Los primeros cristianos compartían los problemas de sus vecinos y eran generosos con sus bendiciones. Se reunían en las casas y se ayudaban mutuamente como miembros del cuerpo de Cristo.

La Iglesia primitiva vivía en misión constante. Estaban en las trincheras anunciando el evangelio a toda persona. Nos urge una iglesia que sea eficiente en compartir el amor de Cristo de distintas formas porque todos tenemos diferentes talentos.

Además, necesitamos pertenecer a una iglesia. Mi iglesia no tiene membresía como solían tenerla la mayoría de las iglesias, pero he decidido comprometerme con este grupo de personas. La gente que asiste a este edificio cada semana es como familia. Nos ayudamos y oramos los unos por los otros.

Normalmente, los cristianos occidentales entran y salen de edificios/grupos con mucha facilidad, sin siquiera preguntarse a sí mismos: ¿Tendrá Dios un propósito en que asista a una iglesia que no satisface perfectamente cada una de mis necesidades?

He aprendido a ser paciente ante lo imperfecto, a dar gracia cuando no estoy de acuerdo, a orar por el crecimiento espiritual de los creyentes y a dar amor a cada uno de los que entran por esa puerta, amarlos como Jesús los ama.

Aunque me encantan nuestros músicos encargados de la alabanza, no siempre tocan mis canciones favoritas. Los mensajes del pastor siempre son bíblicos y conmovedores, pero no siempre son lo que creo que necesito escuchar. Aún así, la gente sigue reuniéndose. Puedo abrazarlos, orar con ellos, preguntarles cómo les fue en la semana, llevarles algo de comer.

Do I have to go to church to be a Christian? I’m tired and don’t want to rise and shine. Can’t I give God the glory-glory from home? #Christianity #Church #ChristianLiving Share on X (¿Tengo que ir a la iglesia para ser cristiano? Estoy cansada y no quiero levantarme. ¿Puedo darle la gloria a Dios, gloria desde casa?)

He visto cómo Dios ha utilizado a mi iglesia para cambiarme más cuando servía a los demás a través de la asistencia fiel y la comunión.

A través de la comunidad, aprendemos a ser transformados al renovar nuestras mentes. Asistir a un templo, a una iglesia en casa o a alguna reunión pequeña de creyentes nos ayuda a fortalecer nuestra relación con Dios y desarrolla nuestro entendimiento en Su Palabra y Su carácter. En estos tiempos culturalmente difíciles, necesitamos que nuestros hermanos en la fe alienten a cada creyente a vivir justamente.

Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.

Hebreos 10:2425 (NBLA)

Al asistir a la Iglesia, cultivamos relaciones que nos ayudan a mejorar, con aquellas personas que nos retan, a rechazar los pensamientos pecaminosos y el sistema de creencias del mundo.

No tendremos una asistencia impecable, faltaremos uno que otro domingo. No iremos a todos los desayunos o reuniones de mujeres, pero asistir a la Iglesia debe ser una prioridad. Mientras más asisto, más busco a Dios y más deseo asistir. Serás bendecido y serás de bendición al ser parte de este grupo de gente que busca cumplir con la gran comisión de Cristo.

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek recursos


Jennifer DeFrates es una antigua profesora de Inglés y Estudios Sociales convertida en madre que educa en casa y bloguera cristiana en Heavennotharvard.com y theMamapologist.com. Jennifer se graduó dos veces en la CIA (Academia de Instructores de Cross-Examined) y es voluntaria de Mama Bear Apologetics. Le apasiona el discipulado a través de la apologética. Su figura de acción vendría con café y una pila de libros. También es la renuente cabecilla de una pequeña casa de fieras en la Alabama rural.

Traducido por Gustavo Camarillo

Editado por Wendy Rodas

Fuente Original del blog: https://bit.ly/4hjhMuv 

 

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