Mi viaje hacia el cristianismo comenzó cuando examiné los evangelios con el fin de analizar las palabras de Jesús. Yo estaba interesado en Jesús nada más como una fuente de sabiduría antigua y mi curiosidad hacia su persona me hizo empezar a examinar cuidadosamente los evangelios. Me impresionó de inmediato la presencia de lo que yo llamo “Apoyo involuntario entre testigos”; una característica que a menudo veo en varias declaraciones de testigos en la escena del crimen. Esto me hizo examinar los evangelios con mucho más detalle y eventualmente apliqué los principios del Análisis de Declaración Forense (Forensic Statement Analysis) al Evangelio de Marcos.
Escribí Cold-Case Christianity desde la perspectiva de un detective de casos congelados (casos sin resolver durante muchos años) examinando las declaraciones de los autores de los evangelios y probando su credibilidad como testigos presenciales. Sin embargo, varios escépticos han cuestionado esta premisa fundamental y han cuestionado si los evangelios son relatos de testigos presenciales en primer lugar. Una objeción importante es el hecho de que los escritores de los evangelios a menudo incluyen información de eventos que simplemente no podrían haber observado personalmente (es decir, los relatos del nacimiento en Mateo o Lucas y varios momentos en donde Jesús es descrito estando solo). ¿Cómo pueden los evangelios ser relatos de testigos si se incluyen hechos que los autores no pudieron haber presenciado? Al leer las declaraciones de testigos presenciales de casos congelados que fueron investigados originalmente hace décadas, encuentro que estas declaraciones incluyen tres tipos de información de primera mano:
Experiencia de primera mano
Los testigos presenciales incluyen descripciones de eventos y sucesos que ellos personalmente observaron y experimentaron.
Acceso de primera mano
Los testigos presenciales incluyen descripciones de eventos y sucesos que no observaron personalmente, pero estaban al tanto debido a la información proporcionada a ellos por alguien más en ese momento.
Conocimiento de primera mano
Los testigos presenciales incluyen descripciones de las condiciones culturales generales y verdades que eran parte del conocimiento común de la época, a pesar de que ellos no tenían experiencia directa u observación en la que basarse.
Es cierto que, en la mayoría de las cortes de los juicios criminales, la “experiencia de primera mano” y el “conocimiento de primera mano” suelen ser las únicas partes del testimonio que son admitidos como evidencia. La parte del testimonio que yo llamo “acceso de primera mano” no se toma en cuenta por ser “de oídas” (porque la fuente original de esta información no está disponible para el interrogatorio). Pero esto no significa que la información de esta categoría sea falsa o inválida. Existen una serie de condiciones en las que estos “testimonios de oídas” son admisibles en los casos penales, pero el estándar de aceptación en los procesos penales está cuidadosamente diseñado para ofrecer la máxima protección posible a los que están siendo acusados de cometer un delito. Preferimos tener a un centenar de personas culpables libres que condenar a una persona inocente. Por esta razón, queremos ser capaces de interrogar cuidadosamente a los testigos que están proporcionando información acusatoria.
Pero este alto estándar asociado con el testimonio de oídas es completamente irracional al examinar las afirmaciones de los testigos relacionados con los acontecimientos históricos. Una vez que un testigo presencial de un evento histórico muere, todo lo que este testigo dijo ya no está abierto a un interrogatorio. Bajo este estándar de la corte, tendríamos que ignorar todo lo que no puede ser declarado por un testigo viviente (y por lo tanto interrogado cuidadosamente). Si aplicamos esta norma a nuestra vida personal, ninguno de nosotros podría tener confianza en nuestra propia historia familiar más allá de nuestros padres o abuelos que aún viven. Es un estándar inaceptablemente alto al examinar las afirmaciones de los testigos relacionados con los acontecimientos históricos. Los testigos presenciales aportan información a la luz de su propia experiencia personal y su observación, su propio acceso a la información de otros testigos vivientes, y su propio conocimiento profundo de la cultura en la que viven. Me parece que esto es cierto en todos los casos en que he trabajado. El hecho de que un testigo presencial opte por proporcionar información de “acceso de primera mano” no desacredita lo que ellos están proveyendo de “experiencia de primera mano” o “conocimiento de primera mano”. De hecho, la inclusión de datos adicionales simplemente proporciona al investigador más datos para investigar, corroborar y presentar al jurado.
J. Warner Wallace tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.
Blog Original: http://bit.ly/2mjmBwg
Traducido por José Giménez Chilavert