Por Alisa Childers
Cuando mi hija Dyllan era pequeña, me ejercitaba con bastante regularidad en el YMCA. (Y por “ejercitaba” quiero decir que leía un libro en la bicicleta estática y pedaleaba lo más despacio posible mientras disfrutaba de una hora de guardería gratuita. No voy a mentir). Un día, cuando la recogí de la sala de niños, la cuidadora sacó la barrita de granola sin abrir que había metido en la bolsa de Dyllan, me la entregó y me dijo: “No podemos dársela porque contiene maní. No permitimos nada con maní en la zona de la guardería”. Reconozco que me sorprendió un poco porque no era algo en lo que hubiera pensado mucho. Pero enseguida aprendí que no había casi nada que los padres temieran más en 2010 que el temido maní.
Por supuesto, las alergias al maní son muy reales. En su libro The Coddling of the American Mind: How Good Intentions and Bad Ideas Are Setting Up a Generation for Failure, Greg Lukianoff y Jonathan Haidt informaron de que antes de mediados de los años 90, las alergias al maní eran extremadamente raras en los niños estadounidenses. Sin embargo, en 2008, catorce de cada mil niños habían desarrollado alergias al maní. Nadie sabía por qué había un aumento tan drástico hasta que se publicó un estudio fidedigno en 2015. Se descubrió que muchos niños estaban desarrollando alergias al maní porque sus padres evitaban dárselos. El estudio reveló que la introducción de productos de maní a los bebés con alto riesgo de alergias en realidad redujo sus posibilidades de desarrollar una alergia al maní en un sorprendente 81%. En otras palabras, dar productos de manía los bebés hizo que su sistema inmunológico respondiera y creara tolerancia
Nuestros hijos tienen cuerpos increíbles que reaccionan a las bacterias, parásitos -y sí, al maní- con una defensa inmunológica que enseña a su sistema a adaptarse y luchar contra futuras amenazas a su salud.
Del mismo modo, creo que nuestros hijos tienen sistemas inmunológicos espirituales.
Hace varios años, participé en un grupo de estudio y discusión sobre el cristianismo. Esta fue la clase que desafió mi fe intelectualmente y he contado esa historia aquí. Un día, surgió el tema de Adán y Eva y se preguntó: “¿Alguien sigue creyendo que fueron personas reales?”. Me da un poco de vergüenza admitir que era totalmente ingenua en lo que se refiere a este tema. Incluso de adulta, pensaba que la existencia literal de Adán y Eva era algo en lo que todos los cristianos profesantes creían. Hay que atribuirlo a la burbuja evangélica en la que crecí o al hecho de que la mayor parte de mi vida transcurrió antes de la invención de Internet. Pero la pregunta me desconcertó porque no tenía ni idea de cómo responder.
Hasta ese momento, ni siquiera sabía que era una pregunta. Tenía cero inmunidad.
Esta fue simplemente una de las muchas afirmaciones escépticas planteadas contra el cristianismo histórico que se unieron para enviarme a una época oscura de dudas. A menudo he reproducido ese momento en mi mente y he imaginado un escenario diferente. ¿Y si hubiera sido consciente de esta cuestión desde la infancia? ¿Y si ya hubiera reflexionado sobre ella? ¿Y si cuando leí el relato del Génesis sobre la creación, alguien me hubiera dicho: “Oye, hay gente que no cree que Adán y Eva existieron realmente? Pensemos en lo que dice la Biblia al respecto, en lo que muestran las pruebas científicas y en lo que eso significaba para el evangelio”.
Si mi sistema inmunológico espiritual se hubiera fortalecido de esta manera, escuchar esta pregunta como adulta no habría sido un gran problema. No habría sacudido mi fe ni un poco. Simplemente habría participado en esa conversación de forma inteligente, sin miedo ni dudas.
Además de enseñar a nuestros hijos los fundamentos de la fe cristiana, hay muchas medidas prácticas que podemos tomar para ayudar a reforzar su sistema inmunológico espiritual. Aquí hay tres para empezar:
1. Lee la Biblia con tus hijos, y no te saltes las cosas difíciles.
Con “no te saltes las cosas difíciles” no quiero decir que debas asustar a tus hijos antes de acostarse leyendo sobre el levita que descuartiza a su concubina en Jueces 19, o sobre Sansón al que le sacan los ojos en Jueces 16. Obviamente, hay una manera apropiada de presentar las historias bíblicas a nuestros hijos. Lo que quiero decir con “no te saltes lo más difícil” es que la lectura de historias y relatos que los escépticos suelen poner en tela de juicio es una gran manera de inocular a nuestros hijos contra sus falsas ideas.
Por ejemplo, cuando mi hija tenía unos siete años, leímos juntas el Génesis. En el capítulo 26, leímos la historia de Isaac mintiendo a los filisteos. Les dijo que su esposa Rebeca era su hermana, temiendo que alguien pudiera matarlo para casarse con ella. Le dije a mi hija: “¿Sabías que algunas personas piensan que esta historia es inventada porque es muy similar a lo que hizo Abraham, el padre de Isaac, dos veces antes? ¿Qué opinas de eso?”. Tuvimos una gran conversación sobre cómo tendría perfecto sentido que Isaac repitiera la mentira de su padre, porque no parecía haber mayores consecuencias por hacerlo. De hecho, en ambos casos, Abraham se fue más rico de lo que llegó. También analizamos el tema bíblico de que los hijos tienden a repetir los pecados de sus padres. Después de hablar, todo tenía sentido. Y ahora mi hija no se verá sorprendida si escucha esa afirmación escéptica en el futuro.
Un gran recurso para ayudar con esto es La Biblia de Estudio de Apologética. A medida que se lee la Biblia, encontramos las notas a pie de página de los versículos que los escépticos suelen cuestionar, y se ofrecen respuestas inteligentes y creíbles que se pueden comentar con los niños.
2. Exponga a sus hijos al ateísmo.
Como padres, puede dar miedo contar intencionadamente a sus hijos todas las razones por las que los ateos rechazan el cristianismo. Basándose en su experiencia enseñando apologética a padres cristianos, mi amiga Natasha Crain señaló que muchos padres no quieren arriesgarse a llevar a sus hijos por el mal camino presentándoles argumentos ateos. Pero ella señala acertadamente que todos nuestros hijos escucharán inevitablemente estas ideas. Ella escribió:
La única opción que tienes como padre es si primero lo escuchan de ti -en un entorno en el que tendrán tu orientación fácilmente disponible- o si lo escuchan primero de los no creyentes -en un entorno en el que procesarán lo que escuchan por su cuenta-.
Brett Kunkle compara la exposición a las ideas ateas con la enseñanza del surf a sus hijos. En este vídeo, explica que, como padre, no lanzarías a tu hijo al océano para que surfeara grandes olas antes de enseñarle aspectos básicos como la natación y cómo manejar olas más pequeñas. Míralo a continuación:
Acostumbrar a nuestros hijos a las “pequeñas olas” del ateísmo puede ser una buena manera de prepararlos para encontrarse con las “grandes olas” cuando estén solos.
3. Exponga a sus hijos a los falsos evangelios y a otras religiones.
Al igual que es importante exponer a nuestros hijos a las ideas ateas, es igualmente importante exponerlos a los evangelios falsos, que casi siempre se disfrazan de cristianismo auténtico. Se ha dicho que las mejores mentiras contienen gran parte de verdad. Por eso los falsos evangelios pueden ser tan difíciles de discernir. …contienen mucha verdad. A menudo hacen hincapié en Jesús, utilizan la expresión correcta e incluso apelan a la Biblia para respaldar sus afirmaciones. Explicar las diferencias entre el cristianismo auténtico y el mormonismo, los testigos de Jehová, el evangelio de la prosperidad o el cristianismo progresista preparará a nuestros hijos para interactuar con sus ideas y ver los engaños que proponen.
Otro paso importante es hablar con nuestros hijos sobre lo que creen las personas de otras religiones sobre Dios, Jesús y la naturaleza de la realidad. Aunque están de acuerdo en algunos puntos, todas las religiones del mundo se contradicen con las demás en un nivel fundamental. Lógicamente, no pueden ser todas verdaderas. Esta es una gran oportunidad para exponer las contradicciones y hablar con nuestros hijos sobre por qué el cristianismo es verdadero y explica mejor la realidad.
¿Quién iba a pensar que dar a un bebé un trocito de mantequilla de maní podría salvarle la vida? Del mismo modo, dar a nuestros hijos pequeños trozos de ideas anticristianas y permitirles procesar estas cuestiones dentro de la seguridad y la orientación de nuestro cuidado podría tener un impacto duradero en sus futuras vidas espirituales.
Otros recursos prácticos:
Durante años, Brett Kunkle ha ofrecido formación teológica para adolescentes y ha facilitado viajes a Utah para interactuar con los mormones. Cuando lo entrevisté en mi podcast, me informó de que el impacto de estos viajes ha sido tremendo en la vida de los jóvenes, motivándolos a estudiar teología y apologética por su cuenta. Ahora ofrece viajes al campus universitario de Berkeley donde los chicos cristianos pueden compartir el evangelio e interactuar con ateos y escépticos. Más información en www.maventruth.com.
Otro ministerio que realiza una gran labor en este ámbito es Jonathan Morrow e Impact 360. Cada verano, ofrecen experiencias en las que los adolescentes cristianos reciben formación en liderazgo, apologética y teología, tras lo cual se les ofrecen experiencias del mundo real para poner a prueba sus conocimientos. Visitan templos budistas y mormones, conocen ateos y mucho más. Para saber más, visita www.impact360institute.org y escucha la entrevista de Jonathan en mi podcast.
Si quieres ser intencional en este aspecto, toma el libro de Natasha Crain Talking with Your Kids about God: 30 Conversations Every Christian Parent Must Have, y sigue el blog de Natasha para obtener más consejos. También puedes comprar el trío de libros para niños de J. Warner Wallace (1, 2 y 3) que exploran todo, desde la existencia de Dios hasta la veracidad del cristianismo.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Alisa Childers es una cantante y compositora estadounidense, más conocida por formar parte del grupo femenino de música cristiana ZOEgirl. Ha tenido una lista de los diez mejores sencillos de la radio, cuatro lanzamientos de estudio y recibió el premio Dove durante su tiempo con ZOEgirl. Años más tarde, Alisa experimentó un profundo desafío a su fe de toda la vida cuando empezó a asistir a lo que más tarde se identificaría como una iglesia cristiana progresista. Este desafío empujó a Alisa hacia la Apologética Cristiana. Actualmente se puede leer, escuchar y ver el trabajo de Alisa en línea, así como adquirir su libro recientemente publicado sobre el cristianismo progresista, titulado Another Gospel.
Blog Originalmente publicado aquí: https://bit.ly/3OH0Z5U
Traducido por Jennifer Chavez
Editado por Elenita Romero