5 fallos fatales de la ideología transgénero

Por Frank Turek

Muchas personas que apoyan la cirugía transexual y las hormonas transgénero pueden tener buenas intenciones, pero la ideología transexual que hay detrás de esas intenciones está plagada de defectos fatales. He aquí sólo cinco de muchos, en contra de la ideología transgénero:

1. El diseño del cuerpo demuestra que sólo hay dos géneros

Los defensores de la transexualidad insisten en que hay múltiples géneros. Sin embargo, el diseño del cuerpo humano demuestra que sólo hay dos géneros. Los humanos pueden producir esperma u óvulos. No existe un tercer producto en la reproducción de los seres humanos ni de los mamíferos. Por supuesto, hay humanos que no pueden producir ninguno de los dos debido a deficiencias biológicas, pero eso es una incapacidad, no una tercera capacidad para producir otra cosa. Así pues, la afirmación de que hay más de dos géneros sólo puede sostenerse si se desvincula el concepto de género del sexo biológico.

Sin embargo, insistir en que el género es completamente distinto del sexo biológico de una persona tampoco funciona. Si el género y la biología fueran cosas completamente distintas -si no existiera ninguna relación entre ambos-, ¿por qué habría alguien de abogar por las hormonas transgénero o las operaciones de cambio de sexo? Lo que nos lleva al segundo defecto.

2. El transexualismo debe presuponer géneros fijos

Aunque los defensores de la transexualidad niegan que sólo haya dos géneros, deben presuponer involuntariamente dos géneros para que la transexualidad sea posible. ¿Por qué? Porque si soy un hombre biológico pero creo que soy una mujer, debo tener alguna idea de lo que es un hombre y una mujer para reconocer mi problema. También debo saber lo que son un hombre y una mujer para hacer la llamada “transición”. Si los géneros son completamente fluidos, sin puntos de referencia fijos, no habría forma de reconocer el desajuste entre mi biología y mi psicología, ni destino para mi transición. En otras palabras, la “disforia de género” no podría existir sin dos géneros fijos conocidos.

La negación de los géneros fijos ha desatado una especie de guerra civil entre algunos que se identifican como LGBTQ, porque si los T se salen con la suya, los L, G y B no existen (busque #LGBminustheT). ¿Cómo se puede ser lesbiana, gay o bisexual si no hay géneros fijos? Cada una de esas identidades depende de géneros fijos. Del mismo modo, algunas feministas están descontentas porque, sin géneros fijos, no hay mujeres y, por tanto, no hay derechos de la mujer.

Esta es una de las razones por las que el documental de Matt Walsh, “¿Qué es una mujer?“, tiene a tantos defensores de la transexualidad y académicos de izquierdas perplejos ante la pregunta “¿Qué es una mujer?”. Están atrapados en un dilema. Si dicen que una mujer es biológicamente femenina, entonces la ideología transgénero es falsa. Si se niegan a definir a la mujer, la transexualidad no es posible. ¿Quién hace la transición a qué? ¿Y qué ha sido de los derechos de la mujer?

3. Puedes cambiar tu mente, pero no tu biología

Cuando la biología y la psicología no encajan, ¿por qué pensamos que cambiar el cuerpo en lugar de cambiar la mente es la forma de solucionar el problema? No hacemos lo mismo con otras circunstancias.

Cuando las anoréxicas creen falsamente que tienen sobrepeso, no les decimos: “Tienes razón. Deja que te haga una liposucción”. A las personas que creen sinceramente que deberían cortarse los miembros sanos (una afección conocida como “trans-abled”), no les decimos: “Tienes razón. Si crees que no deberías tener brazo derecho, te lo cortaremos”. Cuando tu hija insiste en que es una sirena, no la sacas de la costa y la lanzas al océano. Entonces, ¿por qué pensamos que debemos cortar los órganos sexuales sanos en lugar de ayudar a la gente a cambiar de opinión?

Aunque puedes cambiar de opinión, es literalmente imposible cambiar tu biología. Puedes mutilar tu cuerpo, pero no puedes cambiar el ADN de tus 100 billones de células ni los muchos miles de diferencias biológicas entre hombres y mujeres.

Cualquier intento de “transición” entre los sexos admite implícitamente estas diferencias y afirma la naturaleza binaria del género. De lo contrario, no tendría ninguna utilidad el uso de hormonas o de bloqueadores de la pubertad. De hecho, si no hubiera diferencias en el diseño físico y biológico de hombres y mujeres, la transexualidad no sólo sería imposible, sino innecesaria. Si los hombres y las mujeres fueran iguales, no habría necesidad ni deseo de transición. Así que en lugar de pensar que soy una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, ¿por qué no pensar que soy un hombre con mente de mujer? De ese modo podría solucionar mi problema con una buena atención de salud mental.

4. El sexo no se asigna al nacer

Para que la ideología transgénero funcione, la gente debe llegar a creer que el género es arbitrario y que se “asigna” al nacer. Pero todo el mundo sabe que el género no se “asigna” al nacer: se descubre al nacer (o a veces antes). No es que la gente vote en las fiestas de revelación del sexo, ni que los médicos decidan arbitrariamente el sexo de un recién nacido. No, descubren y declaran el sexo del bebé porque no hay ambigüedad.

En los rarísimos casos en que los genitales son ambiguos (intersexualidad), se hacen pruebas y se toman decisiones para corregir el problema. La mayoría de los pacientes acaban siendo hombres o mujeres en lugar de asumir un estatus no binario. No es lo mismo que el transexualismo, en el que personas con órganos sexuales completamente formados y sanos intentan cambiar al sexo opuesto. La intersexualidad es una condición biológica; la disforia de género es una condición psicológica. La existencia de condiciones intersexuales no apoya en absoluto la afirmación de que el sexo se “asigna” al nacer. Los defectos de nacimiento no refutan la norma. De hecho, sería imposible identificarlos sin la norma.

Vivimos en un mundo caído. Todos nacemos con deficiencias y defectos. Eso no significa que seamos menos humanos o menos dignos de respeto.  Pero tampoco significa que debamos obligar a los demás a vivir de acuerdo con esas deficiencias o defectos.  Cuando alguien nace sordo, no le decimos al resto del mundo que nunca podrá hablar o escuchar música porque podría ofender a los sordos. Sin embargo, eso es precisamente lo que los activistas transgénero y el resto del mundo woke están intentando imponer a toda nuestra sociedad.

5. No hay base para los derechos de los transexuales

Parece que en Estados Unidos inventamos nuevos “derechos” cada 10 minutos. Pero, ¿de dónde vienen los derechos? No pueden venir del gobierno, porque un derecho es algo que se tiene independientemente de lo que digan los demás (incluido el gobierno). Los derechos sólo pueden venir de Dios (“nuestro Creador”, como dice la Declaración de Independencia). Sin Dios, toda cuestión moral se reduce a una cuestión de opinión.

¿Qué pruebas tenemos de que Dios quiera que alguien ampute órganos sexuales perfectamente sanos? Ni la ley natural, ni la Biblia, ni ninguna otra supuesta revelación que afirme proceder de Dios.

La gente puede exigir que su gobierno legisle o declare ciertos comportamientos como “derechos”, pero eso no los convierte en derechos, del mismo modo que un gobierno no puede legislar que un hombre biológico es una mujer. Eso no le convierte en mujer. En lugar de intentar cambiar la realidad para adaptarla a nuestros pensamientos, deberíamos intentar cambiar nuestros pensamientos para adaptarlos a la realidad. Como he documentado en la nueva tercera edición de Correct Not Politically Correct (de la que se ha adaptado esta columna), la ideología transgénero tiene varios fallos fatales más, como las pruebas que demuestran que la transición no soluciona el problema de fondo. Pero eso queda para la próxima sección.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek 


Acerca del Autor: El Dr. Frank Turek (D.Min.) es un galardonado autor y frecuente orador universitario que presenta un programa de televisión semanal en DirectTV y un programa de radio que se transmite en 186 estaciones de todo el país. Sus libros incluyen No tengo suficiente fe para ser ateo y Robando a Dios: ¿por qué los ateos necesitan a Dios para presentar su caso? y es co-autor del nuevo libro Hollywood Heroes: How Your Favorite Movies Reveal God (Héroes de Hollywood: Cómo tus películas favoritas revelan a Dios).

Traducido por Yatniel Vega García

Editado por Mónica Pirateque

Fuente Original del Blog: https://bit.ly/44CuT2f

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