Por Luke Nix
Introducción
Una de las razones más convincentes para creer que el ateísmo no tiene sentido la encontramos en el deseo que tiene todo ser humano de que la vida tenga un propósito. Si no hay un diseñador detrás del universo, la vida en general, y cada vida en particular no tiene un propósito final, no hay un objetivo que guíe nuestras decisiones, ni un listón de final de carrera que nos motive a seguir corriendo aunque las cosas a nuestro alrededor se compliquen. El pastor Rick Warren en su libro “Una vida con Propósito” lo deja más claro cuando escribió:
“Sin un propósito, la vida es movimiento sin sentido, es actividad sin dirección, y eventos sin razón . Sin un propósito, la vida es trivial, insignificante y absurda.”
Si la vida no tiene sentido, entonces ¿por qué alguien está dispuesto a soportar el sufrimiento y dolor que se encuentra al vivir? Si la vida no tiene sentido, como el ateísmo afirma, entonces no hay razón alguna para desear seguir viviendo. Y esto es, literalmente, una filosofía de vida imposible de vivir, y si el ateísmo se apega a esta filosofía, entonces el ateísmo no solo es imposible de vivir, sino completamente incompatible con la vida. Y si una cosmovisión es incompatible con la vida, entonces no puede ser verdad. Sin embargo, la gente desea seguir viviendo porque creen que sus vidas sí tienen un propósito, y esta actitud demuestra que el ateísmo es mentira. Muchos ateos reconocen el poder de este argumento contra su cosmovisión (incluso estarían de acuerdo con Warren en su análisis sobre la necesidad de tener un propósito), pero también creen que han encontrado una manera de echar por tierra lo que derrotó su perspectiva de vida.
¿Propósitos ateos?
Para salir victoriosos de esto, el ateo reconoce que debe haber una manera de darle a la gente un propósito de vida. Como no tienen un Creador que se los revele, deben encontrarlo en otra parte. Y el lugar preferido de los ateos para encontrar el propósito de vida es buscando dentro del mismo individuo. Lo que sea que la persona anhele o desee se convierte en su propósito de vida. Por lo que puedo ver, hay al menos tres problemas al seguir ese argumento.
Humanista vs. Narcisista
En primer lugar, a no ser que la persona sea un completo narcisista, el individuo tomará en cuenta las vidas y los sentimientos de los demás (la postura humanista) al mismo tiempo que intenta crear un propósito para su propia vida. Para no abrumarse con una cantidad excesiva de personas que debe incluir, el individuo debe elegir a quiénes va a considerar. Y esto se lleva a cabo al determinar el valor de los demás. En una cosmovisión atea, los humanos no tienen un valor intrínseco o igual(en el cristianismo esto no es así porque todos están hechos a imagen de Dios Basado en la Imagen de Dios en el cristianismo), así que su valor debe determinarse de acuerdo a su propósito. Pero si ese individuo debe determinar su propio propósito, entonces eso debe tenerse en cuenta cuando el humanista intenta crear su propósito. Está claro que esto se vuelve una tarea muy difícil de realizar si se desconocen los propósitos de los demás y se complica cuando las personas que fueron tomadas en cuenta deciden un buen día cambiar de propósito. Y ni hablemos del infinito número de ajustes que hay que hacer por las interdependencias que existen entre los propósitos de unos y otros, lo cual deja al humanista en una búsqueda de propósito casi (si no es que completamente) imposible de realizar.
Desafiado por otros
En segundo lugar, supongamos que el ateo de alguna manera enfrenta y remueve los obstáculos descritos anteriormente (o es un narcisista) y elige su propósito. Otras personas, sin duda, no estarán de acuerdo con el propósito que ha escogido. El humanista cuestionará al narcisista, y el narcisista cuestionará al humanista (y no olvidemos que también hay existencialistas, hedonistas y otros numerosos grupos que también darán su opinión). Esto terminará por hacer dudar al individuo sobre el propósito que escogió, y volverá al dilema del párrafo anterior. A menos que el ateo sea o se convierta en un narcisista, estas dos problemáticas nunca permitirán la satisfacción de seguir el propósito elegido.Si no hay satisfacción, el proceso continuará indefinidamente.
Esto sigue y sigue y sigue y seguirá…
En tercer lugar, si el ateo por fin llega a establecer su propósito (ya sea convirtiéndose en narcisista o por otro medio), una vez que la meta es alcanzada, prontamente deben ser creados nuevos propósitos; de otra manera, la desesperanza llegará cuando vivir sólo sea cambiar de dolor. Aun el narcisista se cansará de repetir el mismo proceso una y otra vez sin alcanzar una satisfacción más allá de la última meta conquistada. La única manera que tiene el ateo de evitar la desesperación es tomar prestado del teísmo y creer (de manera incorrecta y completamente a ciegas) la idea de que las luchas constantes sí tienen un propósito de vida.
Pequeños propósitos
La vida atea es imposible de vivir sin creer al mismo tiempo en la “ficción útil” del propósito de vida (teísmo). Sin un propósito de vida cualquier lucha, dolor, y sufrimiento al tratar de crear nuestros propios propósitos una y otra vez a lo largo de nuestra vida, se volverá más tedioso con cada nuevo intento, y en algún momento nos volveremos más abiertos a ver este proceso como un autoengaño. A medida que experimentamos personalmente lo inútil de intentar crear nuestros propios propósitos, y algo de todo este proceso sin fin se volverá evidentemente doloroso. En la charla “¿El Cristianismo te ha fallado?” del filósofo Ravi Zacharias, declaró de manera breve lo siguiente:
“Si no tienes un propósito de vida, todos estos pequeños propósitos no son otra cosa que formas de sacarte del aburrimiento.”
Tranquilizar nuestro aburrimiento se vuelve para el ateo el propósito de su vida, ¿Pero quién o cómo se logra que, específicamente, eso sea su propósito de vida? El ateo intenta destruir la existencia de Dios (lo que también implica el propósito de vida; de nuevo, ¿Quién o cómo se decidió que ese era el propósito de vida?) al demostrar que se pueden idear propósitos individuales. Sin embargo esto no resuelve el problema. El ateo por haber creado propósitos individuales cree que ya no es necesario el propósito final. Pero los propósitos individuales y el propósito de vida no son mutuamente excluyentes. Sólo porque existen los propósitos individuales no significa que no existe el propósito de vida, como se ha demostrado en las tres problemáticas que surgen cuando se intenta hacer de los propósitos individuales el propósito de vida. Una vez más, Ravi Zacharias:
“Dios te creó con un propósito. Todos los pequeños propósitos tienen una finalidad porque tu vida por sí misma tiene un propósito.”
Conclusión
Por un lado el ateo cree que puede superar el reto de no tener un propósito de vida, pero estamos hechos para buscar un propósito de vida para seguir queriendo vivir. El ateísmo es lógicamente incompatible con esta idea. El ateísmo no tiene otra opción que tomar prestado del cristianismo esa idea para convertirse en una cosmovisión habitable. Para el ateo, su propósito de vida no es otra cosa que una”ficción útil” y puesto que tal creencia en un dador de propósitos es necesaria para vivir el ateísmo, ¿Entonces por qué el ateo busca establecer su propio propósito con la intención de menospreciar la existencia del Dador de propósitos? ¿Cómo puede una cosmovisión ser verdadera si promueve la creencia de una ficción útil para hacerla vivible?Sencillamente, no puede. El ateísmo no es verdadero, y nuestra necesidad por tener un propósito de vida lo demuestra. El ateísmo se quita el sombrero ante el cristianismo en su dependencia de un propósito último. Y esto no es una casualidad, y debe ser porque el cristianismo es verdadero.
Si has estado batallando intelectual y emocionalmente para aceptar que tienes un propósito para tu vida, te invito no solo a considerar las razones presentadas en esta publicación, sino que también consideres otras más que encontrarás en este blog. Seguirás batallando con aceptar tu propósito hasta que aceptes que Jesús es tu Creador y Salvador, y Él es quien da el propósito para tu vida. Investiga la evidencia, luego acércate a Cristo sinceramente y experimenta que Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek
Luke Nix es licenciado en Ciencias de la Computación y trabaja como Gerente de Soporte de Computadora de Escritorio para una empresa local de intercambio de metales preciosos en Oklahoma.
Traducido por Gustavo Camarillo
Editado por Jennifer Chavez
Fuente Original del Blog: https://t.ly/VrxZ