¿Cómo debemos vivir?
¿Cómo debemos pensar?
¿Cómo debemos votar?
¿Son estas preguntas con respuestas objetivamente correctas o incorrectas? Es decir, ¿es cierto -independientemente de la opinión humana- que la humanidad debe vivir, pensar e incluso votar de una determinada manera?
Algunas preguntas que necesitan respuesta
Si no es objetivamente correcto o incorrecto vivir, pensar o votar de una determinada manera, entonces ¿realmente importa algo? Más aún, si es objetivamente incorrecto vivir, pensar y votar de una determinada manera, ¿cómo podemos saberlo? Al fin y al cabo, ¿es la mayoría la que decide cómo debemos votar? Eso no parece correcto. ¿Acaso éstas cosas se basan meramente en tus emociones o en «cómo te hace sentir»?
Eso tampoco parece correcto porque, como suele decir Ben Shapiro «A los hechos no les importan tus sentimientos». Uno puede no tener sentimientos cálidos hacia Ben Shapiro, pero es bastante difícil estar en desacuerdo con su mantra. De hecho, es imposible argumentar en contra sin probar su punto (ya que uno tendría que apelar a los hechos para argumentar en contra de la importancia de los hechos).
En última instancia, la respuesta a estas preguntas se reduce a la cuestión ontológica: «¿Existe Dios?» Más específicamente: «¿Es cierto el cristianismo?»
Pronto explicaré por qué la existencia o inexistencia de Dios es fundamental. Pero si la forma en que debemos vivir, pensar y votar se basa en esta gran cuestión ontológica, se plantean de nuevo las cuestiones epistemológicas: «¿Cómo lo sabríamos?»
¿Cómo podemos saber si Dios existe o no? Y si Dios existe, ¿cómo sabríamos si el cristianismo es verdadero? Después de todo, quizás el islam, el judaísmo o alguna forma de deísmo sean verdaderos, pero ¿cómo podríamos saberlo? ¿podemos saberlo?
Antes de responder a esta pregunta, debemos plantearnos otra: «¿Qué significa saber?» ¿Qué es el conocimiento? El difunto Dallas Willard (mi primer profesor en la Universidad de Biola) ofrece una definición práctica de conocimiento:
[cita en bloque] «Tenemos conocimiento de algo cuando lo representamos tal como es en realidad, sobre una base adecuada de pensamiento y experiencia»[i].
Willard comparte que tenemos conocimiento de algo cuando hay una justificación o garantía adecuada para nuestras creencias y que éstas se ajusten a la realidad. Sócrates se refería a esta justificación como una «atadura a la realidad».
Una afirmación es verdadera cuando corresponde con la realidad y la realidad es como son las cosas. El conocimiento, por tanto, debe ajustarse a la verdad (basarse en pruebas o en la percepción) y debe estar «atado» a la realidad. Es decir, el conocimiento no se basa en la suerte.
Una ilustración de la clase de matemáticas
Para ponerlo en términos sencillos, consideremos tres estudiantes en una clase de matemáticas. El profesor les hace una prueba tipo test para ver si SABEN cómo resolver un problema. El primer alumno no entiende el problema en absoluto, pero por suerte acierta la respuesta correcta.
Señala la respuesta correcta en el papel… pero ¿CONOCE la respuesta? ¿posee el CONOCIMIENTO?
El siguiente alumno tampoco entiende el problema, pero hace trampa y mira el cuestionario de su compañera, con la esperanza de que lo haya hecho bien. Y señala una de las opciones alternativas, la misma que escogió su vecina.
Resulta que la respuesta es correcta, pero ¿CONOCE la respuesta?
Finalmente, la última alumna no sólo entiende perfectamente el problema, sino que muestra su trabajo para llegar a la respuesta correcta. El hecho de que «muestre su trabajo» es la «atadura» que demuestra a su profesor, y a sí misma, que posee un CONOCIMIENTO de la realidad.
Ahora bien, uno puede tener creencias verdaderas. Sin embargo, si no posee una justificación adecuada, una «atadura» para una creencia específica, y sus creencias verdaderas se basan simplemente en la «suerte», su creencia no puede considerarse una afirmación de conocimiento (aunque resulte ser verdadera).
Willard señala que las personas racionales son aquellas que basan su vida en el conocimiento. No se requiere saber que algo es verdad con una certeza absoluta del 100%. Simplemente requiere un compromiso con una forma de vida y de pensamiento basada en la evidencia y en una confianza justificada en Dios a través del conocimiento.
Una atadura a la realidad
Volvamos a la GRAN pregunta: ¿Podemos tener un conocimiento real de Dios? Un conjunto acumulativo de pruebas que apelan a la lógica, la ciencia y la historia y que apuntan hacia la existencia de Dios y la verdad del cristianismo, dice que sí podemos. Consideremos algunas de estas múltiples «ataduras»:
- El argumento cosmológico Kalam
- El argumento cosmológico leibniziano
- El argumento moral
- El argumento teleológico
- El argumento ontológico
- El argumento evolutivo contra el naturalismo
- El argumento librepensador contra el naturalismo
Estas evidencias proporcionan la justificación necesaria para el conocimiento de Dios, pero ¿qué visión de Dios es la verdadera? Después de todo, tenemos los «cuatro últimos» entre los que elegir:
- Cristianismo
- Judaísmo
- Islam
- Deísmo
Todo esto se reduce a la «atadura» o evidencia histórica de la resurrección de Jesucristo. Puesto que el judaísmo, el islamismo y el deísmo niegan la resurrección de Jesús, y el cristianismo la afirma, si hay pruebas basadas en el método histórico de que Jesús realmente resucitó de entre los muertos, entonces el cristianismo proporcionaría la MEJOR explicación de todos los datos. Adivina qué… tenemos esa evidencia:
- El argumento histórico de la resurrección de Jesús (Los hechos)
- El argumento histórico de la resurrección de Jesús (La explicación)
También es vital señalar que el cristianismo goza del «Anillo de la Verdad» cuando se compara y contrasta con otros contendientes. Además, también podemos tener conocimiento de Dios a través de una relación personal y experiencial con Él mediante el testimonio interior del Espíritu Santo – pero esto también está respaldado por todas las pruebas anteriormente mencionadas.
Teniendo en cuenta un cúmulo de argumentos lógicos, un cristiano debería ser una persona de fe… porque es ante todo una persona de conocimiento. Los cristianos ponen su confianza en lo que saben que probablemente es verdad. Esto es a lo que William Lane Craig se refiere como «fe razonable».
Lo que NO estoy diciendo
Por favor, escúchenme: No estoy proponiendo que podamos saber que el teísmo cristiano es verdadero con un 100% de certeza – si la tuviéramos no sería «fe». Podemos, sin embargo, obtener conocimiento de Dios con un alto grado de certeza. Esto incluye no sólo el conocimiento de un Creador poderoso y personal del universo, sino también el conocimiento de la verdad particular del cristianismo a través de medios probatorios y espirituales.
Si Dios existe y el cristianismo es verdadero, se deduciría que la humanidad fue creada para vivir y pensar de una determinada manera. Es decir, habría unos «deberes» objetivos sobre cómo los humanos deberíamos vivir y cómo deberíamos pensar. Se deduce lógicamente que esto incluiría cómo deberíamos votar y pensar sobre cuestiones culturales y políticas (véase «La Gran Comisión es racista» como ejemplo).
Ahora bien, mucha gente piensa que no debemos mezclar política y religión. ¿Es eso cierto? ¿Tienen razón? ¿Por qué pensar algo así?
Un lazo de unión con la realidad política
Sería absurdo que la cosmovisión de cada uno (la religión) no influyera en la política. De hecho, la cosmovisión propia debería hacer al menos eso (y no al revés). Es decir, si uno cree de verdad que Dios existe, que creó a la humanidad a propósito y para un fin concreto, y que Jesús reveló cómo debemos vivir, entonces las leyes de los políticos se aproximarián o no a la «ley por encima de la ley» (realidad última).
Si este es el caso, entonces los políticos pueden realmente aprobar «leyes ilegales» contra las que «Nosotros, el pueblo» debemos resistir y rebelarnos.
Sin embargo, si Dios no existe, entonces la humanidad no fue creada a propósito ni para ningún fin concreto. Por tanto, si el ateísmo es cierto, seríamos meros accidentes. Si la humanidad no es más que accidentes, entonces la política carece objetivamente de sentido (junto con todo lo demás), ya que no habría ningún propósito objetivo en la existencia de la humanidad (si este es el caso, despídete de los derechos humanos objetivos o inalienables).
Así, en el ateísmo, no estaría realmente mal (objetivamente hablando) que Obama, Trump, Hitler o Stalin estén tomando las decisiones. Es simplemente una opinión subjetiva irrelevante (que está determinada causalmente por la física y la química).
Sin embargo, si Dios existe y el cristianismo es verdadero, entonces las opiniones políticas subjetivas pueden ser objetivamente correctas o incorrectas.
Un vínculo entre política y Evangelio
A menudo se afirma -incluso por parte de algunos cristianos- que no quieren que su «política y religión se mezclen». Esto es un buen indicador de que probablemente no entienden su propia religión por al menos dos razones: (1) Jesús se involucró en política, y (2) se nos ordena amar a todas las personas y compartir el evangelio con el mundo.
En primer lugar, considera el hecho de que Jesús interactuó constantemente con los fariseos en el Nuevo Testamento. Los fariseos eran los gobernantes religiosos y políticos de Israel. Mateo 23:23-24 ofrece un buen ejemplo (nótese que Jesús no siempre fue «amable»):
«¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la Ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello. 24 ¡Guías ciegos! Cuelan el mosquito, pero se tragan el camello»
Frank Turek señala lo siguiente en ¿El aborto triunfa sobre todo lo demás? (animo a todos a escuchar este podcast en su totalidad):
«No todas las leyes morales tienen el mismo peso. Jesús habló de los asuntos de mayor peso de la ley en Mateo 23:23, el menor de ellos en Mateo 5:19, el mayor de los mandamientos en Mateo 22:36. También le dijo a Pilato que Judas había cometido el pecado más grande en Juan 19:11».
Piense en los «asuntos más importantes de la ley» y en los Estados Unidos de la actualidad. Los políticos de hoy en día están más preocupados por las consecuencias de usar pajillas de plástico para beber que por poner restricciones al aborto (que mata a millones de seres humanos inocentes) y de hecho abogan por él en muchos casos. ¿Qué crees que les diría Jesús a estos políticos o a los que votan por ellos? Basándote en Su reacción ante los líderes políticos de Israel, ¿crees que Jesús se preocuparía por herir los sentimientos de los políticos de hoy en día o de aquellos que votan por ellos?
De hecho, creo que Jesús diría «a los hechos no les importan tus sentimientos». No debemos desatender los «asuntos más importantes de la ley».
En segundo lugar, si un cristiano no se toma en serio la política, probablemente tampoco se tome en serio la evangelización. Turek muestra una imagen de satélite de la península coreana para demostrarlo (véase Por qué los cristianos deben participar en política).
Observa el marcado contraste entre el Norte y el Sur. Corea del Sur está llena de luz, actividad y productividad. Según Turek, «es uno de los países más cristianizados del mundo». Corea del Norte, en cambio, contrasta con sus vecinos del sur. Corea del Norte es oscura y aparentemente «muerta». Turek la describe con precisión como un gran «campo de concentración». ¿Cuál es la diferencia entre Corea del Norte y Corea del Sur? Una palabra: ¡POLÍTICA! Podemos aclarar: ¡Comunismo!
Muchos surcoreanos han escuchado el evangelio de Jesucristo porque hay libertad política para compartirlo. El gobierno comunista de Corea del Norte, por otro lado, no permite que se comparta el evangelio – es una dictadura comunista basada en el marxismo que es una ideología que hace que el nazismo de Hitler parezca un picnic de verano. De hecho, debemos tratar la «hoz y el martillo» de la misma manera que tratamos la esvástica.
Si el mensaje del evangelio es verdadero (y tenemos buenas razones para creer que lo es) entonces esta es la información más importante a la que una persona podría tener acceso o poseer. Si realmente amamos a todas las personas – como Jesús ordenó – entonces debemos desear que las personas que nunca han escuchado el evangelio tengan acceso a esta información eternamente vital.
Dado que las políticas marxistas están impidiendo que millones de almas escuchen el evangelio, si realmente amamos y nos preocupamos por todos los seres humanos, entonces debemos preocuparnos por la política y votar de cierta manera. Debemos ser «Anti-Ma» (anti-Marxismo). No preocuparse por la política es no preocuparse por las personas.
El menor de dos males
Si el cristianismo es verdadero, entonces debes «mezclarlo» con la política, si es que al menos te esfuerzas por amar a Dios con toda tu mente y vives una vida cristiana coherente esforzándote por amar a todas las personas. Después de todo, si el cristianismo corresponde a la realidad, entonces los políticos a los que apoyas y por quienes votas deberían promover políticas que correspondan también a la realidad. Por supuesto, ningún político lo hará a la perfección, pero algunos puntos de vista políticos y ciertas políticas se aproximan a la realidad (y a la naturaleza de Dios) más que otros.
A menos que Jesucristo se presente como candidato, todas las elecciones son un voto entre el menor de dos males. Como señala Turek, si Billy Graham se presentara contra Hitler, seguiría siendo un voto entre el menor de dos males. Obviamente, alguien que se esfuerza por ser una persona objetivamente buena haría todo lo posible para mantener a Hitler -por su política- fuera del cargo (incluso si Hitler resultara ser «más simpático» que el otro candidato). Eso incluiría «mezclar» la política con la religión y compartir sus puntos de vista con el mayor número posible de votantes.
Conclusión: Comprender la realidad última por medio de la apologética, la filosofía y la teología lógica coloca a la humanidad en posición de saber cómo debemos vivir, pensar e incluso cómo debemos votar en un sentido objetivo. De hecho, la comprensión de la realidad última proporciona una habilidad que nos permite ofrecer inteligentemente, también como expertos, una visión de las cosas que caen bajo el paraguas de la realidad última -como algunas cuestiones políticas. Es decir, las opiniones políticas pueden basarse en el conocimiento de la realidad.
Si la religión de uno es verdadera y su punto de vista político también es objetivamente bueno o correcto, entonces la religión y la política propias deben estar «mezcladas»… independientemente de si se dan cuenta de ello o no. Además, si hay una manera objetiva en que debemos vivir y pensar, entonces el voto de uno será objetivamente correcto u objetivamente incorrecto. Elige sabiamente y mantente razonable (Isaías 1:18).
Notas al pie de página:
[i] Dallas Willard, Knowing Christ Today: Why We Can Trust Spiritual Knowledge, (Conocer a Cristo hoy: Por qué podemos confiar en el conocimiento espiritual) Harper Collins, New York, NY, 2009.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek recursos
Tim Stratton (The FreeThinking Theist) Tim realizó sus estudios universitarios en la Universidad de Nebraska-Kearney (B.A. 1997) y después de trabajar en el ministerio a tiempo completo durante varios años pasó a obtener su título de postgrado de la Universidad de Biola (M.A. 2014). Tim fue aceptado recientemente en la North West University para realizar su doctorado en teología sistemática con un enfoque en metafísica.
Traducido por Jennifer Chávez
Editado por Mónica Pirateque
Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3SdqSO9