¿Por qué es tan difícil entender la palabra de Dios? 

Por John Ferrer

La siguiente pregunta viene de uno de nuestros miembros de la comunidad Crossexamined Community 

“¿Por qué permitió Dios que la Biblia se escribiera de una manera que diera a los cristianos la oportunidad de malinterpretarla?”

Esta pregunta me intriga porque es un problema universal. A todos los que han tratado alguna vez de profundizar en la Biblia les ha resultado difícil a veces entender lo que Dios dice. Y algunos pasajes son tan difíciles que los teólogos de toda la historia de la Iglesia no se ponen de acuerdo sobre su significado.

Por supuesto, a todos nos vendría bien aprender a interpretar correctamente la Biblia. A veces nos cuesta entender un pasaje que nos resultaría fácil si conociéramos algunos principios básicos de interpretación. Pero aunque tuviera la mejor educación y años de práctica, todavía hay algunos pasajes que lo desconcertarán. Ninguna educación será suficiente. La Palabra de Dios puede seguir siendo difícil.

Además, este problema interpretativo apunta a un problema teológico. Si la palabra de Dios es tan fácil de malinterpretar y tan difícil de entender, ¿qué dice eso de Dios? ¿Está Dios jugando con nosotros? ¿Es este un gran juego de “mantenerse alejado” y Él nos está eludiendo, negándose a dejarnos entender lo que Él está diciendo? Eso suena como un Dios caprichoso y travieso. No da buena imagen.

1. Gran parte de la Biblia es fácil de entender

En primer lugar, debemos tener en cuenta que gran parte de la Biblia es directa, bastante fácil de entender, y no hay ningún desafío real para averiguar cómo aplicarla correctamente. Es importante recordarlo, para que tengamos un sentido del equilibrio entre las partes fáciles y difíciles de la Biblia. Jesús fue capaz de traducir el mensaje del Evangelio para que una mujer extranjera sin educación -la mujer junto al pozo- pudiera entender exactamente lo que Él quería decir (Juan 4). Dios puede comunicarse, y lo hace, de manera que cualquiera que tenga oídos para oír pueda entenderle.

Pero un capítulo antes, Jesús estaba confundiendo al bien educado fariseo Nicodemo (Juan 3). Los fariseos eran algunos de los eruditos más educados y con más conocimientos bíblicos de su época. Hasta el día de hoy, no sabemos si Nicodemo alguna vez entendió lo que Jesús quiso decir con “nacer de nuevo”. A veces, Dios se comunica en formas que desafían y confunden a los más educados entre nosotros. Otras veces, Dios habla claramente, sus palabras cortan como un cuchillo para que todos entiendan lo que está diciendo.

2. A veces nosotros somos el problema

También debemos admitir que a menudo el problema no está en la Biblia. Un pasaje puede ser sencillo y fácil de entender. Pero si no nos gusta lo que Dios nos está diciendo, podemos hacernos los tontos, pensando que no somos responsables de seguir instrucciones que no entendemos. Pero hacerse el tonto es un juego peligroso. Si seguimos actuando como tontos, al final dejaremos de actuar. Yo llamo a este fenómeno: “pecado-tonto”. Cuando las personas suprimen la verdad de Dios por mucho tiempo, su conciencia se cauteriza (1 Timoteo 4:2), sus corazones se endurecen (Romanos 2:5), su discernimiento espiritual se embota, hasta que no pueden entender cosas que antes eran obvias. El pecado repetido sin arrepentimiento hace a la gente estúpida con el tiempo.

O tal vez no nos estamos rebelando contra Dios o suprimiendo Su palabra. Tal vez sólo somos un poco perezosos o distraídos, y no estamos prestando mucha atención para ver lo que Dios nos está diciendo. Si la palabra de Dios estuviera en una valla publicitaria, al menos tendríamos que dejar de acelerar, dejar de hacer varias cosas a la vez y reducir la velocidad lo suficiente como para leer lo que nos está diciendo. La palabra de Dios puede ser bastante fácil de entender, pero si pasamos corriendo, prestando poca atención, entonces podemos malinterpretarla. Eso no es culpa de Dios. Es culpa nuestra.

3. Dios tiene otros propósitos además de la claridad

En el centro de esta pregunta está la suposición de que Dios quiere ser entendido. Y, sí, Dios se relaciona con la humanidad en formas que nos invitan a conocerlo más, a entender quién es, cómo Él trabaja, y qué es lo que quiere. Pero no podemos asumir que el único propósito de Dios en la comunicación es la claridad.

A veces Dios habla con acertijos, o indirectamente, o de forma totalmente incomprensible. Si Dios pretendía ante todo ser claro, entonces ha fracasado. Pero no tenemos ninguna buena razón para pensar que la claridad es el único objetivo de Dios aquí. De hecho, tenemos razones para creer que Él está tratando de ser turbio y confuso para algunas personas.

4. Dios está separando a los seguidores de los fanáticos

Jesús explicó su uso de las parábolas diciendo que no sólo servían para aclarar los principios del reino entre los creyentes, sino también para confundir a los no creyentes 

(Mateo 13:10-17).

“Los discípulos se acercaron y le preguntaron: ‘¿Por qué hablas a la gente en parábolas?’ Él respondió: ‘A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos: pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia. Al que no tiene hasta lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo a ellos en parábolas: ‘Aunque miren, no vean: aunque oigan, no escuchen ni entiendan’.” (Mateo 13:10-13; NVI)

La Escritura tiene algunos pasajes para lectura fácil y otros para lectura difícil. Y este es un método de tamizado intencional para bendecir a los creyentes que tienen “oídos para oír” sin recompensar a los no creyentes con conocimientos del reino que no son adecuados para ellos.

5. Dios es hermoso, no básico

Otra razón de estos pasajes difíciles es que Dios no es un Dios de “pan y agua”. No es básico. Podría haber hecho un mundo sin sabores, ni colores, ni olores, ni experiencias. Pero incluyó todo eso porque es un artista, un esteta. Del mismo modo, la palabra de Dios no se reduce simplemente a información, como tampoco la comida se reduce únicamente a combustible. Está diseñada para una interacción estética. Es una belleza que hay que disfrutar. Es un encuentro que hay que vivir. Así como la comida es más que calorías, la palabra de Dios es más que información. Tiene sabor, textura y ambiente, de modo que hay algo más que absorber que la información en bruto. Si la Escritura se limitará a transmitir información, podríamos apresurarnos a leerla. Obtenemos la información y nos vamos. Pero la escritura hay que vivirla, y eso significa rumiarla a veces. Dejar que los sabores se cocinen a fuego lento.

6. Dios promueve la sabiduría

Además de la sabiduría y la estética, también hay crecimiento personal en la lucha contra la Palabra de Dios. Si todo nos resultará fácil, nunca nos enfrentaríamos a la resistencia necesaria para fortalecernos. Entonces nunca creceríamos lo suficientemente fuertes como para vivir las tareas que Dios tiene para nosotros.

En resumen, los propósitos de Dios van más allá de solo la comprensión. A veces Dios habla de maneras que mantienen sus verdades del Reino fuera de alcance, fuera de las “manos equivocadas”, por decir. Para los discípulos, los pasajes difíciles de la Escritura nos ralentizan para que podamos saborear la palabra de Dios, masticando y saboreando lo que dice. Los mismos pasajes también pueden aportar un sentido de misterio, de modo que al buscar las respuestas podamos encontrar sabiduría en el camino. Y pueden presentarnos obstáculos para que nos esforcemos y luchemos por superarlos. Allí podemos obtener fuerza y crecer a través de la experiencia.

Sí, todavía podemos aprender lo que Dios ha dicho a través de las Escrituras. Pero más allá del mero conocimiento mental, Dios imparte carácter, sabiduría y belleza a través de Su palabra escrita. ¡Gracias por la pregunta, Comunidad Crossexamined!

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Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek 


Acerca del Autor: John es ministro licenciado por Charleston Southern (BA), Southern Evangelical Seminary (Seminario Evangélico del Sur) (MDiv) y Southwestern Baptist Theological Seminary (Seminario teológico bautista del suroeste) (ThM, PhD) . Su doctorado es en filosofía de la religión, con especialización en ética. Como nueva edición de Crossexamined en 2023, John aporta una gran experiencia al equipo, incluyendo el debate con ateos, la predicación del Evangelio, la enseñanza de apologética en escuelas e iglesias, la publicación de libros y artículos, y la creación de sitios web. John es también profesor del Equal Rights Institute (Instituto de igualdad de derechos) y presidente de Pella Pro-Life (Pella Pro-Vida) en su ciudad natal de Pella, Iowa. Allí reside con su encantadora y brillante esposa Hillary Ferrer, fundadora de Mama Bear Apologetics (apologética de mamá osa). Juntos se especializan en apologética cultural con énfasis en la formación apologética basada en la familia.

Traducido por Wendy Rodas

Editado por Yatniel Vega García

Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3XylXIW 

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