Es muy frecuente escuchar en las canciones cristianas o desde los púlpitos que “¡Dios nunca me decepcionará!” o que “¡Dios aún no me ha fallado!” Además de la tragedia gramática (me refiero a que ¿cómo pueden decir que aún Dios no me ha fallado?), ¿qué se quiere dar a entender con esas frases? ¿Qué dice la Biblia acerca de esto? ¿En verdad Dios hace que todo sea posible para ti? ¿Cuál es la intención de la gente que dice Dios no te ha fallado (aún) ni te decepcionará?
¿Qué NO significa?
En primer lugar, quiero decir lo que no es. Esto no significa que podemos pedir o exigir que Dios haga lo que creemos que debe hacer. Tampoco expresa que Dios está obligado a darte aquello en lo que has puesto toda la fe del mundo. Esto puede ser difícil de aceptar para algunas personas pero déjame explicarlo más detalladamente.
Aún David en el Antiguo Testamento hizo todo lo que podía hacer, le suplicó a Dios, ayunó, y creyó que su hijo viviría. Sin embargo, Dios no le concedió aquello que estaba pidiendo. Dios no sanó a su hijo. Una de mis historias favoritas de la Biblia es donde aparecen Sadrac, Mesac y Abed-nego. Ellos se negaron a adorar al ídolo, y cuando fueron amenazados con la muerte, dijeron que Dios podía liberarlos. Pero si Él no lo hiciera, aún así no se inclinarían con la muchedumbre. Dios les libró, pero sabían que en la soberanía de Dios, podía no haberlo hecho. Muchos personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento no fueron protegidos. ¿Significa que Dios les defraudó? ¿Será que Dios les falló? No. Esto significa que comprendemos nuestro lugar y nuestras limitaciones, y que seguimos confiando en Dios aunque Él no nos dé lo que creemos que debería de darnos.
Muchas ocasiones he visto a personas imaginar que Dios les dio una promesa o que Dios les habló cuando en la realidad, esto no fue más que una suposición de su parte. Ellos siguieron su vida tomando sus propias decisiones, y pensaron que Dios aprobaba todo lo que hacían porque creyeron que ¡Dios nunca me decepcionará! ¡Él no me dejará fracasar! ¡Él quiere que esto suceda porque puedo sentirlo en mi corazón! Y luego sus expectativas se derrumban cuando no sucede y podrían suponer que Dios les ha fallado o que les decepcionó. Que Dios no nos decepcione no significa que nunca vendrá el dolor, que no nos lastimaremos, que jamás cometeremos errores, o que Él impedirá que nos sucedan malas cosas.
¿Qué SÍ significa?
Lo que significa es que aún cuando sucedan injusticias o que las cosas no salgan como las planeamos, siempre estarás en las manos de Dios porque eres su hijo. No hay mejor lugar para estar cuando todo va mal. Esto quiere decir que Él es fiel aunque la vida se muestre terrible. Él va contigo por ese camino. Pienso en Pablo, en los discípulos, en la iglesia primitiva y en las torturas y sufrimientos que tuvieron que soportar. Pienso en los mártires cristianos de todo el mundo que constantemente tienen que esconderse y algunos de ellos son descubiertos y asesinados. Pienso en la madre y padre que han perdido a un hijo, y en la horrenda circunstancia que tienen que vivir todos los días. Lo que hace diferente al Dios de Abraham, Isaac y Jacob de los demás dioses es que Él está contigo en esa situación. Él camina junto a ti, no te deja solo ni abandonado. Él lo soporta junto a ti y nunca te desampara. Compara esto con lo que Dios dice acerca de los ídolos:
Como los espantapájaros de un pepinar, sus ídolos no hablan; tienen que ser transportados, porque no andan. No les tengan miedo, porque no pueden hacer ningún mal, ni tampoco hacer bien alguno. Jeremías 10:5
Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombre. Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen oídos, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no palpan; tienen pies, y no caminan; no emiten sonido alguno con su garganta. Se volverán como ellos, los que los hacen, y todos los que en ellos confían. Salmos 115:4-8
Lo primordial es el amor
Alguna vez leí un libro que trataba sobre las religiones del mundo, y en la opinión del autor una de las mayores diferencias entre el Dios cristiano y todos los demás dioses falsos podía resumirse en una palabra: amor. Dios se hizo humano, entró a su propia creación, para redimirnos a pesar de que no lo merecíamos y tampoco lo deseábamos. El Creador del universo fue quebrantado por los pecados del mundo. Él sigue llamándonos, desea que nos arrepintamos y que le sigamos. Esto no nos impide ir con Él para presentarle nuestras peticiones u oraciones. Debemos pedirle con determinación y fe. Es decir, nuestro amor por Él no es contingente ni depende de si Él nos da o no lo que deseamos. Él nunca nos decepcionará porque Él es bueno, es el Gran Yo Soy. Él nunca te fallará porque hay promesas en la Escritura que nos hablan de su carácter e identidad.
En resumen, el decir que Dios no te decepcionará tiene que ver más con Él que con nosotros. Se trata de conocer su naturaleza, saber quién es Él, y las maravillas de su gloria y carácter. Él es el ejemplo de bondad, amor, poder, santidad, justicia, sabiduría, y gracia. Se trata de adorar al Dios que tiene todo bajo control, y saber esto nos permite confiar, tener fe y pedirle a Dios cualquier cosa. Pero después, hay que dejar que Dios haga su parte y confiar en que ello es lo mejor para el creyente, para sus hijos, pues sus caminos son perfectos. Sin importar lo que suceda, Él es nuestro Padre perfecto.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek
Melissa Dougherty es una apologista cristiana mejor conocida por su canal de YouTube donde presenta contenido de una ex new-ager. Tiene dos títulos técnicos post universitarios, uno en Early childhood Multicultural Education (Educación multicultural en tempranas edades de la infancia), y otro en Liberal Arts (Artes Liberales) Hoy en día busca titularse como licenciada en Religious Studies (Estudios Religiosos) en el Southern Evangelical Seminary.
Traducido por Gustavo Camarillo
Editado por Mónica Pirateque
Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3Cwpu0B