¿Qué significa ser «legalista»?

By Melissa Dougherty

Legalismo. ¿En qué piensas cuando oyes esta palabra? Algunas personas podrían pensar en alguien que es una estaca en el barro. Tal vez incluso alguien que confía demasiado en la Biblia en lugar de seguir su corazón. Algunos pueden pensar en una religión estricta con muchas reglas. Otros dicen que es un «espíritu» de crítica y división.

Creo que una de las mejores maneras de definir el legalismo es la siguiente: El legalismo implica el establecimiento de reglas y tradiciones hechas por el hombre como punto de referencia para lo que se considera santo y correcto. Esto es precisamente lo que hicieron los fariseos, imponiendo una carga inalcanzable donde casi cada acción y palabra se considera incorrecta y pecaminosa según estas normas. Por ejemplo, recuerdo que alguien me regañó cuando decidí colocar mi Biblia en el suelo porque mi bolso se había caído y necesitaba   recogerlo. Algunas personas creen que colocar la Biblia en el suelo o poner cualquier objeto sobre ella significa que se está faltando al respeto a Dios. Los musulmanes tienen una creencia similar con respecto al Corán. Creo que esto es realmente lo que hace la distinción entre considerar la Biblia como la palabra de Dios y adorarla literalmente. Es un libro sagrado. Debemos leerlo y estudiarlo. Pero físicamente es sólo un objeto. Esta mentalidad hace que los cristianos tengan estándares imposibles para ellos mismos y para los demás.

El legalismo es algo así como ordenar a las mujeres a no usar pantalones o maquillaje, permitir sólo alimentos específicos en ciertos momentos, adoptar una perspectiva sesgada de la santidad, sólo para nombrar unos pocos. Lo sé por experiencia. Cuando me convertí al cristianismo por primera vez, asistí a lo que yo consideraría una iglesia muy legalista. Esta iglesia tenía numerosas reglas estrictas, como prohibir a las mujeres llevar pantalones, permitir sólo un arete en cada oreja, prohibir los tatuajes y la música con batería (lo que incluía también películas o programas con percusión, ya que todo se percibía como demoníaco o mundano), insistir en el uso exclusivo de la versión Reina Valera de la Biblia, prohibir colocar la Biblia en otro lugar que no fuera una mesa o un estante, prohibir escribir en ella, e incluso dictar lo brillante y colorida que podía ser tu ropa.

Esta es la esencia del legalismo. A muchos cristianos les sorprendería saber que éste es un factor significativo que contribuye a que muchas personas deconstruyan su fe. Es una carga impuesta por la gente, no por Dios, que da la percepción de un Dios enojado y distante que está perpetuamente disgustado contigo, no importa cuánto te esfuerces.

Aquí los cristianos deben entender la diferencia entre santidad y legalismo. No son lo mismo. La santidad es ser apartado, adherirse a las normas de Dios en vez de conformarse a las normas del mundo. El legalismo te dice que te adhieras estrictamente a las reglas hechas por hombres, a menudo desalentando el pensamiento crítico. Esta distinción es clave. Por ejemplo, cuestionar a alguien que afirma haber recibido un mensaje de Dios no es legalismo. Esto es practicar el discernimiento, que es lo que se supone que debemos hacer. Se levanta una enorme bandera roja cuando un maestro se niega a aceptar preguntas o escrutinio con respecto a sus enseñanzas o mensajes.

El verdadero cristianismo implica leer la Biblia, comprender su contenido y obedecer a Dios por amor. Se trata de una expectativa razonable para quienes dicen ser cristianos. Sin embargo, no significa que tengamos que ser excesivamente críticos o sentenciosos. El legalismo excesivo carece de gracia. El legalismo es agresivo y acusador. Jesús quita cargas, mientras que el legalismo las restaura. Esto me recuerda a la versión animada de «El progreso del peregrino», en la que el personaje Christian se encuentra con la Colina de la Legalidad, una montaña cubierta de innumerables normas parecidas a los Diez Mandamientos. Un dios enfadado en la cima de la montaña ordena a Christian que siga todas las reglas para llegar hasta él, mostrando en última instancia la imposibilidad de tales exigencias inviables. Esta es una de las mejores imágenes de cómo es el legalismo.

Jesús reservó sus palabras más duras para los fariseos, que eran el símbolo del legalismo de la época. Mira, Él no denunció sus buenas obras, sino su hipocresía y la prioridad que daban a la tradición y a las reglas hechas por los hombres por encima de los mandamientos de Dios. No pierdas esta distinción. Muchas denominaciones religiosas, como los Testigos de Jehová, los mormones y varias enseñanzas de la Palabra de Fe, adoptan un enfoque basado en las obras, donde la salvación depende de sus acciones en lugar de la sola fe en Jesús. El legalismo extremo a menudo proviene del miedo y el orgullo. La gente tiene miedo de ser engañada. Y en ese temor a ser engañados, pueden volverse descorteses y dominantes con otras personas. Piense en un cristiano helicóptero, tratando de proteger a todos de cualquier cosa mala que les pueda suceder. Creo que exageran.

Es esencial defender la verdad, el Evangelio y las doctrinas centrales de lo que enseña la Biblia, pero es igualmente importante no imponer una carga irrazonable a los demás sin extender la gracia. El amor no significa que seamos permisivos. Significa que decimos la verdad. Pero somos sabios y discernimos, y no somos patanes prepotentes. Haríamos bien en recordar el mensaje de 1 Corintios 13 sobre el amor. Sin hablar y actuar con amor, nuestras palabras se convierten en mero ruido, un metal que resuena.

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek recursos


Melissa Dougherty es una apologista cristiana mejor conocida por su canal de YouTube donde presenta contenido de una ex new-ager. Tiene dos títulos técnicos post universitarios, uno en Early childhood Multicultural Education (Educación multicultural en tempranas edades de la infancia), y otro en Liberal Arts (Artes Liberales) Hoy en día busca titularse como licenciada en Religious Studies (Estudios Religiosos) en el Southern Evangelical Seminary.

Traducido por Wendy Roda

Editado por Mónica Pirateque 

Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3NRvdUH 

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *