La mayoría de la gente cree en Dios. La pregunta es, ¿cuál Dios? ¿Quién es ese Dios? ¿Es personal? ¿Impersonal? ¿Un “eso”? ¿Una fuente vaga o una energía sin forma? Es importante reflexionar sobre ello, porque si Dios existe, esto tiene ramificaciones espirituales.
Los cristianos entienden que Dios es personal. No son panteístas o panenteístas, donde Dios es igual o parte de Su creación, sino que está separado, pero aún así, sigue siendo personal con Su creación. En otras palabras, el Dios cristiano está por encima de Su creación, no es igual a ella. Hay una diferencia entre Dios y lo que ha creado. Muchos teólogos y filósofos cristianos creen que esto no sólo es bíblico, sino lógico. Veamos algunos de estos argumentos.
Se pronuncia parh-MEN-i-deez
Empecemos con Parménides, un filósofo griego del siglo VI conocido por su monismo, la creencia de que todo es uno y no hay dualidad ni distinción entre mente y materia. Su argumento era el siguiente:
Premisa 1: Sólo puede haber una cosa en el universo.
Premisa 2: Si hubiera dos cosas en el universo, tendrían que diferir de alguna manera.
Premisa 3: Pero sólo hay una manera de diferir: O algo existe (tiene ser) o no existe (tiene no-ser).
Premisa 4: Metafísicamente hablando, todas las cosas que tienen ser están unidas/”son una” ya que están hechas de la misma “materia”.
Conclusión: Por lo tanto, sólo hay un ser, y el monismo es verdadero.
Este argumento puede resultar confuso, pero en realidad es válido[1]. Lo que defiende es la idea de que no hay distinción entre nada que exista en un nivel de trascendencia. Vemos este argumento aflorar de diferentes maneras entre los maestros de la Nueva Era y del Nuevo Pensamiento, ya que les gusta afirmar que no hay dualidad, sólo hay uno. Por lo tanto, el universo es un gran ser espiritual. Y sólo necesitamos reconocer nuestra conexión con él.
Y llegó Aquino
En realidad, el argumento de Parménides dejó perpleja a la gente durante siglos, hasta que un filósofo cristiano llamado Tomás de Aquino respondió a su desafío. Aquino señaló el fallo del argumento de Parménides: su uso de la palabra ser. Aquino argumentó que hay diferentes significados de ser, no sólo uno, como utilizó Parménides.
Para explicar el argumento de Aquino, tomemos como ejemplo un árbol. Puedes mirar un árbol y preguntarte lo obvio: “¿Existe (tiene ser) este árbol?”. La respuesta, por supuesto, es “sí”, ya que si no existiera, estarías mirando a la nada. Aquí es donde se detiene el cuestionamiento de Parménides, pero Aquino lleva la investigación más allá.
Una vez confirmado el ser del árbol, debemos preguntarnos “¿por qué existe?”. En otras palabras, ¿cuál es la causa de que el árbol exista? En lugar de centrarse únicamente en el ser (o la existencia), Aquino utiliza la “potencia” para distinguir las categorías metafísicas. Si algo tiene potencia, tiene el potencial de cambiar. Todas las cosas, incluido el árbol, tienen potencia. Pero debe haber algo inmutable (que no cambie) que haga que el árbol exista por primera vez (que tenga ser).
En otras palabras, ¿es el ser que en última instancia causa el árbol algo que también es causado? Eso es imposible debido a las regresiones infinitas, donde todo es causado por algo más, que es causado por algo más, y así sucesivamente hasta el infinito. Si todo es uno, y sin embargo todo cambia, entonces ¿qué es lo que causa que todo tenga su ser? Al final, hay que llegar a algo que los filósofos llaman Acto Puro, una causa primera no causada. Este es el único Ser sin potencial para cambiar, es inmutable e increado, y sin embargo da existencia a todo lo demás…. ¿Te suena familiar?
¿Cuál es la motivación?
Existe un incentivo para creer que somos “uno con el universo” como seres espirituales. La gente tiende a elevar espiritualmente a la humanidad y, como era de esperar, acaban degradando a Dios para conseguirlo. Esto se convierte en una cuestión de señorío. Si Dios es el autor de todo y está separado de ti, entonces debes someterte a Él y a Su voluntad como Señor. Él está a cargo de cualquier manera, ya sea que te alinees y te sometas a Él o que te opongas y lo resistas.
Pero, si Dios está dentro de ti como una especie de fuente universal o energía esperando a ser despertada, entonces sólo necesitas someterte a ti mismo. La teología de “Dios es el universo” adquiere un tono egoísta.
Entonces, ¿por qué Dios no puede ser el universo?
En resumen, el monismo (la creencia de que todo es uno e igual a Dios) es ilógico porque conduce a una regresión infinita de las causas. Si todas las cosas tienen la capacidad de cambiar (potencia), debe haber algo inmutable. Si todas las cosas son causadas, debe haber algo no causado. Dios es ese algo, es un Ser separado, inmutable e increado que da existencia a su creación.
Nota final
[1] Cuando un argumento es válido, eso significa que las premisas están organizadas de manera que si cada una de las premisas es verdadera, entonces la conclusión debe ser verdadera. Cuando un argumento tiene tanto validez como premisas verdaderas, ese argumento es “sólido”.
Recursos recomendados en Español:
Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek
Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek
Melissa Dougherty es una apologista cristiana más conocida por su canal de YouTube como ex new ager. Tiene dos licenciaturas, una en Educación Multicultural Infantil y otra en Artes Liberales. También es licenciada en Estudios Religiosos por el Seminario Evangélico del Sur.
Traducido por Yatniel Vega
Editado por Mónica Pirateque
Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3qBF5d4