La sorprendente manera en que Campanita muestra la falla en la crisis de identidad transgénero

Por Melissa Dougherty

Sé lo que podrías estar pensando. “¿Campanita, Melissa? ¿En serio?” Pero quédense conmigo. La era cinematográfica previa al movimiento “Woke” (usado para describir a las personas que han despertado (de “wake up”, en inglés) a las cuestiones progresistas y están alertas a las injusticias),  tenía algunas cosas buenas que son sorprendentemente relevantes y contraculturales para los estándares de 2023.

Campanita (2008)

Así que primero, aquí está una breve sinopsis de la película para aquellos que no la hayan visto: La primera película de Campanita se hizo en el 2008. La historia comienza con Campanita como una nueva hada. Ella era un hada que nació de una manera especial,  así como lo que se llama un hada campanera, donde ella “juguetea” con las cosas para construirlas. Pero ella lo odia. El escenario principal está en un lugar mágico en Nunca Jamás llamado Pixie Hollow, donde hay otros “talentos” que otras hadas tienen, como las hadas del agua, de los animales, de la luz, del viento o de las flores. Ella lucha con quién es como un hada campanera y quién quiere ser, especialmente después de descubrir que las hadas campaneras no pueden ir al continente en primavera. Quiere ser cualquier cosa menos un hada campanera. Se niega a aceptar la verdad de que eso es lo que realmente es y, en cambio, se obstina en aceptar su verdad.

Toda la película gira en torno a ella intentando ser cualquier otro tipo de hada, cualquier cosa que no sea lo que nació para ser. Los amigos que la apoyaban sabían que era una campanera intentaron decirle muchas veces que eso era lo que era. Bien por ellos. Al final de la película, por fin acepta que no debe negar su verdadera identidad intentando ser algo que no es. Acaba aceptando felizmente ser un hada artesana.

La verdad sobre Campanita 

Seguro que ya sabes a dónde quiero llegar. El paralelismo con la crisis de identidad actual es evidente, y el mensaje de esta película es totalmente opuesto: no puedes cambiar la verdad por tu verdad.

Permítanme decir esto. En primer lugar, lo siento por quienes luchan con su identidad. Hay una lucha profunda e intensa al intentar cambiar lo que somos para ser aceptados por los demás o vistos como queremos ser vistos. Pero hay libertad en amar como Dios te hizo. Y me refiero a cómo te hizo realmente. Lo que quiero decir con esto es que algunas personas pueden decir: “¡Pero Dios me hizo con esta identidad! Yo no elegí ser un hombre en un cuerpo de mujer, ni de esta raza, ni siquiera de esta especie”. Quiero contrarrestar amorosamente esta idea con estas preguntas:

1.¿Quién lo dice?

2.¿De dónde has sacado esa idea?

3.¿Con qué criterio estás midiendo que esa es la voluntad de Dios para tu vida y la forma en que Él te hizo?                              

Si Dios se ha revelado, lo ha hecho en la persona de Jesús. Yo no hice esta afirmación. Jesús lo hizo. Si Jesús es quien dice ser, entonces ¿cómo podríamos encontrar información sobre Él? Aquí está la respuesta: La Biblia. Las personas que caminaron y hablaron con Jesús y fueron testigos de Su vida, registraron su resurrección y milagros. Luego murieron muertes horrendas, sin admitir nunca que nada de eso era falso. En otras palabras, si Jesús es todo lo que dice ser, confío en el Libro que me dice quién es Él y lo que enseñó, y lo que ordenó a sus discípulos hacer y enseñar.

Identidad en Cristo

Y lo que Él dice sobre cómo fuiste hecho importa cuando se trata de este tema: naciste de una manera, pero Él dice que debes nacer de otra manera. Dice que debes nacer de nuevo.

“Te aseguro que quien no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús” Juan 3:3 (NVI)

Quiere que encuentres tu identidad en Él, no en ti mismo. Quiere que ames quién es Él y cómo te hizo, no que hagas un Dios a tu imagen y semejanza al que le gusta lo que a ti te gusta y ama lo que tú amas. Jesús vino por ti también y dice que Él es el pan de la vida. Lo que Él está diciendo es que este mundo no satisface, y buscar en nuestro interior no es sostenible. Él es la norma de lo que es bueno, verdadero y satisfactorio.

Una lección de American Idol 

En un nivel más difícil de aceptar, las personas que viven “su verdad” a veces pueden parecer forzadas e incómodas. Como alguien que intenta ser algo que todos sabemos que no es. Me recuerda a una de esas audiciones de American Idol en las que alguien va pensando que es un cantante fantástico porque todos a su alrededor le decían que era un gran cantante. Pero abren la boca y es de vergüenza total. Lo que es asombroso es que nieguen el hecho de que son objetivamente malos cantantes. Quizá la gente a su alrededor temían decir la verdad porque la persona era demasiado sensible o emocionalmente frágil para soportar comentarios duros. Todo el mundo sabía que no era una estrella. Pero todos le siguieron la corriente, quizá por miedo. Veo el mismo principio en la crisis de identidad actual.

¿No es interesante, y bastante irónico, que vivamos en un mundo que dice que el amor propio es el grito de guerra del día, pero luego los mismos instigadores quieren que reniegues de todo lo que eres por un sentimiento fugaz que cambia? Hay sabiduría en aceptarse a uno mismo por lo que es, no en negarlo para llenar un vacío.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek 


Melissa Dougherty es una apologista cristiana más conocida por su canal de YouTube como ex new ager. Tiene dos licenciaturas, una en Educación Multicultural Infantil y otra en Artes Liberales. También es licenciada en Estudios Religiosos por el Seminario Evangélico del Sur.

Traducido por Wendy Rodas

Editado por Mónica Pirateque 

Fuente Original del Blog: https://bit.ly/3UfjnYw 

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