La redefinición del amor como resultado de la pérdida de la verdad

Por Rich Hoyer

La mayoría de la gente está de acuerdo en que debemos amarnos unos a otros. Pero ¿Qué significa amar a los demás?

Amar no puede ser lo que nuestra cultura dice que es. Tampoco puede estar desconectado de un estándar moral y trascendental (por ejemplo, la Palabra de Dios y las Leyes naturales) dejando que nuestros sentimientos lo definan subjetivamente, darle la forma que las tendencias sociales actuales le den. El ciudadano promedio en los Estados Unidos de América es un Secularista Popular[i] y ha aceptado la definición de amor dada por el Secularismo Popular. Cuando se habla de amor hoy en día, se hace referencia a “amar a otros” y decir esto parece tener el siguiente significado. “Deseo que obtengas aquello que anhelas; y que supones que te hará feliz.” En estos tiempos el amor es entendido desde los principales valores del Secularismo Popular que son la comodidad y la felicidad y se han desechado los valores tradicionales de la bondad y la verdad. Asi, en nuestra cultura actual, ser incapaz de amar o ser cruel está relacionado con interponerse entre las personas y su elección de un estilo de vida el cual consideran que les brindará felicidad y satisfacción, basta con decirles que lo que anhelan es “equivocado” desde cierta perspectiva e invitarles a que por voluntad propia se abstengan de ciertos anhelos y deseos. Hoy en día a eso se refiere nuestra cultura Secularista Popular con ser “incapaz de amar.”

Cuando el concepto de verdad moral comprensible (una norma para diferenciar lo bueno de lo malo y el bien del mal cuyo origen se encuentra fuera del ser humano y de la opinión social) es rechazado por una cultura, nos quedamos sin una norma confiable para medir nuestros anhelos y deseos. Se vuelve imposible decir, “Mi deseo hacia esa persona es incorrecto,” o “Mi anhelo de hacer esto es dañino para mí y para la sociedad. “Lo único que queda es que la gente y la sociedad expresen su opinión.  Sin embargo, muchos de los integrantes de nuestra sociedad actúan sin considerar que su definición de amor es una opinión más. Algunos se esfuerzan por imponer sus opiniones sobre quienes están en desacuerdo con la perspectiva socialmente aceptada a pesar de que carecen de fundamentos filosóficos sólidos para sostener sus afirmaciones. La sociedad aún delibera sobre varios conceptos como el amor, pero se ha perdido la definición tradicional del amor que firmemente se vincula con la Verdad.

Todo esto deja al amor en la misma situación de un bote que carece de amarras y va de aquí para allá de acuerdo con el viento y las olas de las pasajeras modas sociales.

No obstante el amor y la Verdad van de la mano. Sin la Verdad, cualquier cosa que se afirme del amor es falso —muy parecido a lo que sucede cuando una persona confunde enamoramiento con amor. Amar a otro implica el deseo de todo tipo de bien en la vida del otro. Siendo más específico, amar a alguien es esforzarse por traer el bien a la vida del otro. Sin embargo para medir “el bien” es indispensable una norma que provenga de una fuente que no sea la opinión de la sociedad con esta norma podremos examinar cada opción que se presente. Afortunadamente, tenemos una verdadera vara de medir el bien en la forma de la revelación de Dios que se nos da a través de la Biblia y de la Ley natural.

Los cristianos deben saber qué es el amor y cómo se manifiesta. No debemos dejarnos engañar y aceptar la definición cultural del amor que se basa en los sentimientos y  no en la verdad. De hecho, podemos aprender mucho acerca del amor simplemente observando los aspectos que están en juego en la conversación cuando Jesús respondió a la pregunta de un  fariseo en Mateo 22:36 (LBLA), “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?” La respuesta de Jesús la encontramos en los versos 37-40:

Mateo 22:37-40 (LBLA)

  1. Jesús le dijo: —”Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”.
  2. Este es el primer mandamiento y el más importante.
  3. Hay un segundo mandamiento parecido a éste: “Ama a tu semejante como te amas a ti mismo”.
  4. Toda la ley y los escritos de los profetas dependen de estos dos mandamientos.

Jesús dijo que amar a Dios y amar a los demás como a ti mismo es el mayor de los mandamientos, la mayor responsabilidad del ser humano.Es en este punto donde el secularista popular podría estar de acuerdo en decir: “¡Sí, el AMOR es el mayor valor!  Observa, que aún Jesús dijo eso. Ustedes los cristianos deberían mostrar más amor a la gente. Deberían aprobar lo que otros hacen y no criticar su estilo de vida ni sus creencias solo porque son diferentes a las suyas.” Tristemente, cada vez vemos a más y más cristianos aceptar estilos de vidas inmorales bajo el nombre  de ser  inclusivos,  accesibles y de mostrar más amor ¡incluso en el espíritu del Amor del propio Cristo! i

Sin embargo aquellos que adoptan esta postura han fracasado en considerar el contexto y LAS RAZONES IMPLÍCITAS tanto en la pregunta del fariseo como en la respuesta de Jesús. Ambos están de acuerdo en que la verdad moral PUEDE CONOCERSE… Ambos basan su definición de amor, no en la subjetividad de los sentimientos, sino en la clara revelación de la Verdad moral que  proviene de Dios mismos. Después de todo, la pregunta era, “¿Cuál es el mayor mandamiento de la Ley?” Así que debemos hacer la siguiente pregunta, “¿De qué Ley se refieren ambos?” La respuesta, es clara, ¡es la Ley que fue dada por Dios al pueblo de Israel! ¿Y de dónde vino esa Ley? ¡De Dios! En otras palabras, si tú deseas amar a Dios y amar a los demás, debes cumplir con las cosas que Dios mandó en la Ley que le entregó a Israel.[ii]Tal como dijo Jesús en el versículo 40, “Toda la ley de Dios está hecha para ayudarte a amar a Dios y a amar a los demás” (el parafraseo es mío). Esto no es otro concepto subjetivo del amor, sino que está basado en clara capacidad de acceder y conocer la revelación de Dios hacia hombre. En pocas palabras amar a Dios y amar a los demás implica obedecer la Ley de Dios.

Esta misma revelación hacia el hombre  es la que se niega en la cosmovisión de los Secularistas Populares. De acuerdo con el Secularismo Popular, puede que Dios exista o puede que no, pero estamos completamente seguros que no podemos decir “quién” es Dios, y mucho menos qué es lo que Dios quiere. Por lo tanto, el concepto del amor está a la deriva para ser definido por cualquier ola y viento de doctrina que la sociedad esté promoviendo en ese momento. Este amor se parece a un bote que por no estar amarrado anda de aquí para allá sin un rumbo fijo.

No nos sorprende que los no cristianos, como los Secularistas Populares adopten este punto de vista, lo que nos debería sorprender    es cuando los que profesan la fe cristiana acepten este mismo punto de vista. Y se debe en parte a que muchos cristianos no conocen las Escrituras porque no leen la Biblia, por ello son fácilmente arrastrados por los “vientos y olas” de falsas doctrina  que nace  de la cosmovisión de los Secularistas Populares. Algunos se dicen cristianos, yo me atrevería a decir que son, desde el fondo de su corazón Secularistas Populares aunque afirmen creer en Jesús. Sus acciones y actitudes, al igual que las de los demás, nacen de sus convicciones más profundas, que se alinean más con la cultura en general que con el cristianismo. Pero como cristianos, si en verdad lo somos, debemos aceptar las enseñanzas de la Biblia,  las palabras del propio Jesucristo, en vez de adoptar las convicciones de la cultura en la que vivimos. Debemos medir cada cosa que vemos y oímos con la norma que Dios nos ha revelado. Si no hacemos esto, no seremos transformados a la imagen de Cristo y nos conformaremos a todo tipo de falsas nociones —incluyendo distorsiones  de conceptos fundamentales, como el amor.

Notas:

[i] El Secularismo Popular es la cosmovisión dominante en el Occidente de hoy en día. El Secularismo Popular sostiene las siguientes suposiciones sobre la realidad:

  1. Dios puede que exista o puede que no.
    1. Si Dios existe, nadie sabe cuál es el Dios verdadero.
    2. Nadie puede decir con razón, si una religión es la correcta y otra está equivocada.
    3. Hacer tales afirmaciones es intolerante
  2. Nadie puede asegurar que sabe lo que Dios quiere de la humanidad y excluir las afirmaciones   de los demás.
    1. Por lo tanto, ningún libro religioso (la Biblia, el Corán, etc.) puede proclamar rotundamente ser la Palabra de Dios.
    2. Cada libro tiene el mismo peso, pero menos peso que la sabiduría
  3. Es probable que la moral exista pero tiene que ver más con la supervivencia de la sociedad y no con aquello que le agrada a Dios.
    1. Es innegable que el “mal” es real
    2. Como no sabemos si Dios es real o quién es, nadie puede afirmar que las acciones de otro son objetivamente erróneas a menos que la mayoría de la sociedad esté de  acuerdo.
    3. Por lo tanto, la moral es un constructor de la sociedad y no es el producto de lo que Dios nos ha revelado.
  4. La comodidad y la felicidad son las máximas consideraciones humanas.
    1. La humanidad debería esforzarse para lograr que todos alcancen la comodidad y la felicidad.
    2. Cualquier cosa que impida la comodidad y la felicidad debe ser evitada y en lo posible debe estar prohibida.
  5. Los fines económicos siempre deben estar por encima de cualquier reclamación religiosa.
    1. Las políticas y leyes públicas deberían decidirse  tomando en cuenta si traerá más dinero a la sociedad  y no basándose en las consideraciones morales de la “religión”.
    2. Como ejemplo moderno: Al legalizar los juegos de apuestas se generarán ingresos económicos que servirán de apoyo a los raquíticos presupuestos que se le otorgan a la ciudad, esta razón debe ser considerada como más importante que las directrices religiosas que afirman que los juegos de apuesta no son “buenos” para la sociedad.
    3. “El bien” se define en términos de la economía, lo sexual y lo ambiental.
  6. La (casi) total libertad sexual es algo que todos deben tener derecho.
    1. La homosexualidad, la transexualidad y el sexo fuera del matrimonio son estilos de vida y elecciones legítimas de estilo de vida, ya que las personas deben tener derecho a hacer lo que quieran.
    2. Solo las actividades sexuales que “lastimen” a otros son incorrectas.
    3. Un creciente número de Secularistas Populares creen que cada persona debería dársele el derecho a no ser ofendido, lo que implica censurar toda opinión contraria.
  7. La ignorancia y el abuso causado por “los ricos” son los dos principales problemas de la humanidad.
    1. Si educamos a la gente, mucha de la maldad del mundo y sus desigualdades desaparecerán.
    2. El gobierno también debe perseguir la redistribución de los bienes para establecer justicia económica.
    3. Si todos cooperamos, podríamos generar condiciones casi utópicas, y la vida mejoraría para todos.
  8. Nadie sabe lo que pasa cuando morimos.
    1. Si no existe Dios, no debemos preocuparnos por el Juicio Final.
    2. Por otro lado, algunos creen que casi todos van al cielo.

En la mente de aquellos, solo las personas realmente malas van al infierno, si tal lugar existe.

[ii]  Hoy en día, no hay que instituir inmediatamente todas las leyes del Antiguo Testamento a la ligera. Debemos reconocer que existe una revelación progresiva de Dios. El Código Moral lo volvemos a encontrar en el Nuevo Testamento y aún es válido, mientras que las leyes Ceremoniales y Civiles están obsoletas porque han sido cumplidas por Cristo.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek

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Rich Hoyer es el Ministro Principal de la Iglesia Cristiana Lyndon en Louisville, Kentucky. También es presidente del consejo administrativo de la Reveal Conference, la cual se esfuerza por educar a la gente del área de Louisville en las evidencias y verdades del cristianismo. Rich obtuvo su título de maestría en religión de la Universidad Cristiana de Cincinnati. La apologética cristiana es la pasión más grande de Rich.

Fuente Original del blog: https://bit.ly/3EYaMC1

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque