¿Qué es la Omnipresencia Divina?

Por Brian Chilton

El concepto omnipresencia expresa la presencia de Dios en todo lugar. Omnipresencia es una palabra compuesta por los términos “omni”, que significa “todo”, y “presencia” que señala el lugar donde está una persona. Por lo tanto, “omnipresencia” nos indica la naturaleza de Dios de poder estar en todos lados. Esto significa que no hay espacio que limite a Dios. Al ser Dios un ser trascendente puede estar en todos los lugares al mismo tiempo. Echemos un vistazo a cómo la omnipresencia transforma nuestro entendimiento acerca de Dios.

La omnipresencia divina nos revela que Dios no puede estar limitado por la realidad física.

En primer lugar, el atributo de la omnipresencia de Dios nos muestra que la realidad física no restringe la presencia de Dios. Contrario a la opinión popular, Dios no está condicionado por el ámbito físico. Tomás de Aquino lo plantea así y añade al atributo de la omnipresencia lo siguiente, “Dios es el único ser en toda la existencia que existe como un acto puro.”[i] Esto significa que todo lo demás, incluso las leyes de la naturaleza son algo potencial. Pero Dios es pura existencia.

Más adelante hablaremos sobre la diferencia entre la presencia de Dios y la realidad física. Pero ahora, entendamos la exaltación que hace el salmista cuando intenta averiguar esto mediante una pregunta retórica que se hace a sí mismo, “¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia?” (Sal. 139:7 LBLA). David continúa diciendo, “Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.” (Sal. 139:9-10 LBLA) David nos enseña que la presencia de Dios está en todas partes, en todo momento y en todo lugar. Aun cuando se calcula que el universo es algo como doscientas cincuenta veces más grande de lo que observamos, Dios no está limitado por la incomprensible amplitud del universo.

Esto cambia incluso el entendimiento dimensional. Los físicos aseguran que el universo está formado de al menos once dimensiones pero que podría llegar a la sorprendente cantidad de veintiocho realidades dimensionales. Si esto es cierto, entonces implicaría que Dios existiría en todas esas dimensiones y más allá de ellas. La omnipresencia también significa omnidimensionalidad.[ii] Hugh Ross explica lo siguiente.

“Quienquiera que haya causado el universo, entonces, debe poseer al menos otra dimensión temporal (o algún atributo, capacidad, super-dimensión, o supra-dimensión que abarca todas las propiedades del tiempo). En otras palabras, Dios tiene la facultad de relacionarse con nosotros de maneras que interpretamos (a través de nuestra experiencia de causa y efecto) como el resultado de las capacidades temporales en la persona o en la esencia de Dios o de  la existencia de otro tipo de dimensiones o cualidades temporales desde las cuáles Dios actúa. [iii]

La omnipresencia divina nos revela que Dios no está limitado por la realidad espiritual

En segundo lugar, el atributo de omnipresencia nos dice que Dios no está limitado por el ámbito espiritual. La carta a los Romanos 8:35 nos dice:

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? […] Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Ro. 8:35, 37-39 LBLA)

Observa que el texto afirma que ningún ser angelical o espiritual puede separar al creyente del amor de Dios. Tampoco la muerte ni la vida pueden separar a la persona del incomparable amor de Dios. ¿Cómo puede ser esto posible? Cuando comprendemos los inigualables atributos de Dios para superar las dimensiones temporales, espaciales y espirituales ya sea en el ámbito celestial o infernal nos damos cuenta de que el amor de Dios no puede ser restringido. No hay potestad espiritual que nos pueda distanciar de la benevolente y amorosa presencia del Dios Todopoderoso.

La omnipresencia divina nos revela la esencia única de Dios

En tercer lugar, la esencia omnipresente de Dios no significa que cada cosa en la naturaleza sea Dios. Por lo tanto, la omnipresencia no apoya la visión panteísta de Dios — es decir, la creencia de que todas las cosas de una u otra manera son divinas. Tomás de Aquino argumentó que “Dios está presente en todas las cosas por medio de su poder” a través de su presencia y esencia.[iv] Dicho en otras palabras, todas las cosas conservan su forma y función por el omnipresente poder de Dios. No obstante, Tomás de Aquino marcó una división entre la esencia de Dios y la esencia propia de lo creado.[v] Aunque la creación es sustentada mediante la presencia y poder de Dios, de ninguna manera esto hace que la materia sea Dios. La presencia de Dios es diferente a todo lo que se encuentra tanto en el territorio físico como en el ámbito espiritual.

La omnipresencia divina nos revela que sólo Dios es omnipresente

En cuarto lugar, nada ni nadie puede tener el atributo de omnipresencia que Dios posee, Tomás de Aquino estuvo en lo correcto al decir, “Estar en cualquier lado es algo que pertenece única y exclusivamente a Dios […] Cuando algo está en todas partes de manera completa lo está porque no le corresponde estar accidentalmente en todas partes […] Por lo tanto para que algo esté en todas partes de manera completa es porque bajo cualquier suposición y consideración, es una característica de ese algo estar en todas partes; y esta característica sólo pertenece a Dios.” [vi]Tomás de Aquino sigue hablando de esto elocuentemente, “Así que el estar en todas partes es algo que única y exclusivamente pertenece a Dios, y eso es parte de su naturaleza: porque sin importar el número de lugares que pudiesen existir, es seguro que Dios está en todos ellos, no me refiero a una parte de Él, sino que Él mismo está presente.”[vii] Por esta razón, afirmar que cualquier persona puede ser Dios es absolutamente una locura ya que las personas están confinadas por el plano espacial a estar presentes en un sólo lugar. Sólo Dios posee el atributo de la omnipresencia. Ningún ángel o demonio, ni siquiera el mismo Satanás, posee tan asombrosa cualidad de la omnipresencia. Sólo Dios y únicamente Dios es el ser omnipresente.

La omnipresencia divina nos revela que Dios es el juez perfecto

El juicio justo y benevolente de Dios es otro aspecto poderoso de la naturaleza omnipresente de Dios. Como Dios siempre está presente en todo lugar, entonces Dios ve cada momento de todo lo que sucede en cada lugar. Mi mente débil se abruma con solo imaginar lo colosal que debe ser esa tarea.

Entendamos que esto no es meramente una proposición filosófica. Esta expresión está sólidamente fundamentada en lo que enseñan las Escrituras. Por ejemplo, Salomón afirma que “Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos.” (Pr. 15:3 LBLA). Es la visión omnipresente de Dios, la que le faculta para juzgar de manera justa y equitativa, ya que Dios conoce todas las circunstancias que influyen en un evento y al mismo tiempo discierne los pensamientos y las intenciones de cada una de las personas que están involucradas en dicho evento.

Ante el juicio omnipresente de Dios el creyente debería pensar dos veces antes de juzgar con severidad a su prójimo. Pablo nos pregunta, “¿Por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.” (Ro 14:10 LBLA). Santiago hace una pregunta similar, “Sólo hay un dador de la ley y juez, que es poderoso para salvar y para destruir; pero tú, ¿quién eres que juzgas a tu prójimo?” (Stg 4:12).

Conclusión

La naturaleza omnipresente de Dios es indiscutiblemente sorprendente. La omnipresencia de Dios nos inspira confianza porque Dios puede ayudarnos en cualquier momento y lugar de nuestras vidas. Pero también significa que Dios puede estar con nosotros y también con nuestros amigos y familiares aun cuando físicamente estemos separados por cientos de kilómetros. La naturaleza omnipresente de Dios nos garantiza que nada puede separarnos del amor que otorga su presencia, ni siquiera la muerte. Al tener un amplio entendimiento de la naturaleza omnipresente de Dios, deberíamos vivir nuestras vidas con valor y fe en vez de hacerlo con miedo y duda. Si en verdad tenemos una relación cercana con Dios, entonces nunca estaremos solos.

Referencias:

[i] Tomás de Aquino, Suma Teológica 1. q8. a4.

[ii] Ibid.

[iii] Tomás de Aquino, Suma Teológica 1. q8. a3.

[iv] Ibid

[v] Hugh Ross, Beyond the Cosmos: What Recent Discoveries in Astrophysics Reveal about the Glory and Love of God (Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1999), 33-34

[vi] “En primer lugar, y debido a que ya fue demostrado anteriormente que existe un primer ser, a quien llamamos Dios; y ese primer ser necesariamente es acto puro, sin estar mezclado con algún tipo de potencial, porque, sin lugar a dudas, el potencial es posterior al acto. Entendamos que cualquier cosa que experimenta cualquier tipo de cambio, significa que posee algún potencial. Por lo tanto es evidente que en Dios no existe algo que cambie, bajo ninguna circunstancia.” Tomás de Aquino, Suma Teológica 1. q9. a1. Cita de A Summa of the Summa: The Essential Philosophical Passages of St. Tomas Aquina’ Summa Theologica, ed. Peter Kreeft (San Francisco: Ignatius Press, 1990), 105.

[vii] Es decir, a Dios no lo limita ningún tipo de dimensión.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek 


Brian G. Chilton obtuvo su doctorado en Teología y Apologética en la Liberty University (con alta distinción). Es el presentador de The Bellator Christi Podcast y el fundador de Bellator Christi. Brian recibió su Maestría en Divinidad en Teología de la Universidad Liberty (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); obtuvo un Certificado en Apologética Cristiana de la Universidad de Biola, y planea realizar estudios filosóficos en un futuro próximo. También está matriculado en Educación Pastoral Clínica para aprender mejor cómo capacitar a los que le rodean. Brian es miembro de la Sociedad Teológica Evangélica y de la Sociedad Filosófica Evangélica. Brian ha servido en el ministerio durante más de 20 años y actualmente sirve como capellán clínico de hospicio, así como pastor.

Fuente original del Blog: https://bit.ly/43YqC8Z

Traducido por Gustavo Camarillo

Editado por Monica Pirateque

 

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